“Nuestros pacientes están como animales en Urgencias. No tenemos ni silla para sentarnos. Mi marido (Pánfilo Marecos) necesita hacerse urgente una tomografía. Él está operado de un tumor de la vejiga. Hay mucha gente que necesita hacerse el estudio. Los médicos dijeron que los seis tomógrafos están descompuestos”, se quejó Pablina Villamayor, de Areguá, una asegurada que espera en Urgencias del Hospital Central que le hagan el estudio a su esposo.
El gerente de salud de la previsional, Aníbal de los Ríos, dijo que dos de los seis tomógrafos con que cuenta el Hospital Central estarán en funcionamiento desde hoy, porque ya se repararon, y un tercero desde el fin de semana. Quedarán pendientes tres tomógrafos a reparar.
“Los casos urgentes los derivamos, según convenio interinstitucional, al Ministerio de Salud y al Hospital de Clínicas”, informó De los Ríos.
“El 40 por ciento de los estudios de tomografía indicados por los médicos no se justifican. En el sector privado ese estudio tiene un costo de G. 1.500.000. Por eso los aparatos trabajan sin descanso las 24 horas y rápidamente pierden su vida útil. No es falta de previsión, no hay personal técnico suficiente en este rubro”, dijo.
Aclaró que la intervención del Servicio de Imágenes según directiva del Consejo de Administración, desde la víspera, no tiene nada que ver con el Servicio de Tomografía. Es para verificar la situación de los equipos y productividad de los funcionarios de la dependencia, aseguró, y descartó alguna denuncia de irregularidad.
Aproximadamente trescientos pacientes pierden sus turnos cada día. La última máquina dejó de funcionar hace una semana, lo que significa que más de dos mil personas han perdido sus agendamientos. Según De los Ríos los tubos de dos tomógrafos habían sido reparados, pero debido al corte de luz de la madrugada del miércoles se volvieron a descomponer.