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En San Antonio, por ejemplo, se cuenta con frigoríficos, curtiembres, industrias que manipulan plásticos que están a la vera del arroyo Guasu y el río Paraguay. También están plantas de faenamiento avícola, de combustibles y de gas a orillas del cauce hídrico.
A estas industrias se suma la gente irresponsable que tira sus desechos a los arroyos que luego desembocan al río. Las empresas que se dedican al combustible cuentan con barcazas que son limpiadas periódicamente y contaminan el agua.
Esta realidad se observa cuando baja el nivel del agua, porque una gran cantidad de basura no biodegradable y hasta de cubiertas se quedan en la orilla. Pero este fenómeno irracional del hombre no es exclusivo de San Antonio es de todo el país.
Estas prácticas contribuyen en gran medida para la mortandad de peces en los ríos por la elevada cantidad de basura que lleva y reduce el oxígeno y se viene repitiendo cada año y si no se toman las precauciones cada vez será peor.
Los grandes perjudicados por esta actitud criminal son los humildes pescadores y los vendedores. Estas dos últimas semanas prácticamente no vendieron nada, porque se instaló una psicosis por la contaminación.
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) debe esclarecer la causa real de la mortandad y buscar en la brevedad posible las medidas correctivas para solucionar este problema. Aunque en gran medida la solución está en nuestras manos; evitar contaminar los cauces, no tirar más basura. Asimismo las industrias no deben usar más los ríos y arroyos como vertedero.
Las instituciones del Estado también deben empezar a controlar con seriedad y responsabilidad para dar una solución a esta problemática.
hruizdiaz@abc.com.py