El cierre del círculo

Horacio Cartes es, tal vez, el hombre más astuto de nuestro Paraguay: Planifica con mucha precisión y con una anticipación que ningún otro paraguayo que yo conozca haya logrado.

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Cuando entró en el negocio del cigarrillo se dio cuenta enseguida que tenía entre manos algo realmente grande, grande a nivel mundial. Mucha gente no sabe que el negocio del cigarrillo es de los mayores del mundo en términos de movimiento de dinero. 

Desde entonces, Cartes planificó lo que debía hacer para aprovechar el negocio por tiempo indefinido y una de las cosas que debía hacer era controlar institucionalmente a nuestro Paraguay. 

La razón es simple. Paraguay es un mercado muy pequeño, pero el mercado mundial es enorme, luego era necesario superar las barreras del pequeño mercado. 

Hay que reconocer que la fórmula fue genial: TABESA no vendería ni un solo cigarrillo fuera del Paraguay y pagaría todos, absolutamente todos los tributos, impuestos, tasas, cargas, contribuciones y trámites que la ley exigiera pagar en nuestro país, pero tomaría clientes que pudieran vender los cigarrillos fuera del país a su propio riesgo. 

TABESA tiene una cartera de dieciocho mil clientes, según datos proporcionados por su encargado principal, José Mauricio Ortiz Escauriza. Entre ellos están los que compran los cigarrillos para venderlos en Brasil, Colombia, México, Perú, Indonesia y quién sabe qué más países del mundo. 

Pero venderlos en esos países es una operación ilegal. Es contrabando. TABESA no tiene una sola venta registrada en esos países, pero, sin embargo, las fuerzas anticontrabando de Brasil, Colombia, México y Perú decomisan de tanto en tanto cigarrillos paraguayos, lo que prueba que entre los clientes de TABESA hay gente que los lleva a esos mercados, los introduce en ellos ilegalmente, los distribuye y los vende. 

Cartes debía asegurar, simplemente, que nuestra Dirección de Aduanas no interfiera en las actividades de sus clientes exportadores, por eso nuestras Aduanas no registran ninguna exportación de cigarrillos; debía asegurar que nuestra Policía no viera las exportaciones de cigarrillos fuera de Aduanas, por eso en nuestras fronteras no se decomisa ni un pabilo de ese noventa por ciento de la producción tabacalera nacional que se exporta; debía asegurar que nuestra fiscalía no meta sus narices en esta situación, por eso ningún cliente de TABESA está investigado. 

Eso explica por qué Cartes controla nuestra Policía al menos desde 2008, nuestra Fiscalía General desde la nominación de Javier Díaz Verón y nuestras Aduanas al menos hasta agosto de 2018. Hay que recordar que Cartes, siendo presidente, sacó a la Dirección General de Aduanas de la estructura de controles de Hacienda para ponerla bajo la de la presidencia de la República directamente. 

Y las rentas de los exportadores, dinero negro proveniente del contrabando que se usa para volver a comprar más cigarrillos, también debían ser protegidas. Santiago Peña fue promovido por el socio de Cartes, Blas Llano, al Banco Central durante el gobierno de Fernando Lugo, y fue encargado de los estudios sobre lavado de dinero. Oscar Boidanich entró en esa misma época a la Secretaría de Lavado de Dinero. Hay muchísima gente que sigue creyendo que todo esto es mera coincidencia, pero quinientos millones de dólares anuales es plata incluso para los reyes de Arabia Saudita.

evp@abc.com.py

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