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En la mayoría de los casos, las autoridades municipales incentivan las invasiones de terrenos privados y hasta de plazas con la idea de conseguir apoyo político o votos para las elecciones. Aprovechan la tremenda crisis por la falta de terrenos para viviendas de muchos compatriotas.
Muchos de los predios usurpados se encuentran en sucesión o con problemas por deudas de impuesto inmobiliario. Las informaciones de la situación de los inmuebles las brindan las propias administraciones municipales.
A los políticos, con tal de sacar algunos votos para sus campañas, no les importa mentir, engañar y violar la Constitución Nacional que garantiza la propiedad privada.
A finales del año 2018, numerosas propiedades privadas de Ypané fueron ocupadas por los autodenominados sintechos. Se generaron varios incidentes con los propietarios que defienden como pueden sus parcelas porque las instituciones que deben garantizar la propiedad privada no funcionan.
Esta semana fueron desalojadas numerosas familias que ocupaban un terreno en el distrito de Limpio. Ahora las invasiones se suceden en la localidad de San Antonio, donde fue ocupado hasta el predio de un oratorio erigido en honor al Ángel de la Suerte.
El déficit de terrenos para construcción de una vivienda digna es real, así como es cierto que en cada asentamiento se encuentra más de un avivado que ya tiene casa propia o tiene condiciones económicas para adquirir una propiedad.
En la primera oportunidad que tienen muchos de estos invasores, venden sus “derecheras” y se refugian en otro asentamiento, donde repite la historia. De esa forma, hacen de la ocupación de tierras ajenas un lucrativo negocio.
Las municipalidades deben motivar las inversiones y ofrecer facilidades a los que se encuentran en mora en el pago de impuestos para que se pongan al día, y no alentar las invasiones violentando las leyes de nuestro país.
hruizdiaz@abc.com.py