Oportunidad para castigar a políticos

Uno puede creer que la presentación de 30 listas distintas de candidatos al Senado para las próximas elecciones es un signo de fortaleza de la democracia en nuestro país y de un gran interés ciudadano de participar en la política.

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Pero también podría ser fruto de que los nuevos aspirantes calculen que, con los representantes que tenemos actualmente, cualquiera puede ser legislador.

Otra posibilidad es que algunas personas, viendo cómo los parlamentarios utilizan el poder que les da la representación popular para negociar cargos e impunidad para sí mismos y sus allegados, pretendan hacer lo mismo, en caso de ser elegidos.

Es decir, al observar que algunos legisladores tienen vía libre para hacer prácticamente cualquier cosa en el cargo, consideren que es una brillante oportunidad para volverse ricos impunemente, en poco tiempo.

Para tomarlo en forma positiva, se puede considerar que el interés de tantas organizaciones y personas, parte de un genuino interés en lograr un espacio para influir en las grandes decisiones que se toman desde el Congreso, lugar de representación popular por antonomasia.

Desde los partidos tradicionales, observan el fenómeno de la aparición masiva de listas con cierta suficiencia, como quien observa a niños que hacen alboroto. Sin embargo, no deberían restarle importancia a la cuestión, como si fuera imposible que los afecte.

Hace mucho tiempo se viene hablando de la decepción ciudadana con los políticos que dicen ser sus representantes.

Los flamantes candidatos que se presentan para intentar llegar a una banca en el Congreso no tienen a lo mejor el poder económico ni la popularidad masiva para conseguir fácilmente los votos que necesitan.

Sin embargo, no son totalmente anónimos. La mayoría son conocidos por su conducta, su profesión o por la trayectoria que tuvo, aunque haya sido fuera del ámbito político.

Muchos electores desperdician el poder de su voto, dándoselo a alguien por motivos de costumbre, por presión familiar o social, por “cumplir con el líder”, cuando no directamente como trueque por unos cuantos guaraníes.

La gente debería tomar conciencia de que votar a algunos de los “nuevos” que se presentan en esta elección no solamente será una expresión real de cambio, de libertad y de conciencia democrática. También significará un gesto de rebeldía y un mensaje contundente hacia quienes los decepcionan desde hace tanto tiempo.

mcaceres@abc.com.py

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