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Hay luz al final del túnel y viene con dos ruedas y pedales. Ya sabemos: la gente tiene miedo. A los que usan la bici como medio de transporte siempre les preguntan ¿no tenés miedo de que te choquen/aplasten/roben/violen (y así otros cucos ad infinitum)? Los pesimistas deberían saber que todas estas cosas te pueden pasar también en un auto, a pie, en moto o en colectivo.
Es cierto que las calles no son 100 % seguras para los ciclistas, así como también es cierto que cuanta más gente haya pedaleando en las calles, más seguridad habrá. Un estudio de la Universidad de Denver demuestra que cuando mayor es el número de ciclistas en las calles de una ciudad, existen menos accidentes de tráfico en la misma.
Las excusas para no subirse a la bici son muchas. Ahora mismo una de las principales está anulada: no hace demasiado calor ni frío. No hay bicisendas, pero por un tramo de 3 kilómetros paralelo al Ñu Guasu hay una ciclovía. Además, buena parte del camino es plana. Y lo mejor de todo es que llegarán a destino en un tiempo razonable y cargados de endorfinas (apodadas “hormonas de la felicidad”).
¿Qué estarán esperando los luqueños y los que viven en los alrededores para subirse a la bici y cambiar la histeria y la frustración por el aire libre y la movilidad sustentable? Dale, sacudite el miedo y las excusas, subite a la bici y movete de manera inteligente.
ndaporta@abc.com.py