Informes sobre estado de excepción mienten sobre algunos operativos

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Los informes de las Fuerzas Armadas y la Policía sobre el operativo "Py’aguapy", además de confirmar la intolerancia entre las fuerzas, mienten en varios puntos del dosier entregado por el presidente Fernando Lugo al Congreso. No se registró ninguna incursión conjunta en los montes.

Las páginas de los informes que entregaron por separado la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas al presidente de la República, Fernando Lugo, sobre los fracasados procedimientos en el marco del estado de excepción, además de denotar que cada fuerza actuaba por su lado, incurren en algunas mentiras sobre procedimientos puntuales.

Por ejemplo, en la página 34 del dosier militar se habla del supuesto asalto de militantes del EPP al retiro "Pindo" de la estancia "San Fernando" de la colonia San Alfredo, Concepción, propiedad de Victoriano Zavala, tío de Fidel.

El episodio ocurrió el martes 11 de mayo al mediodía, cuando el retirero Leonardo Mercado Meza (37) denunció que fue atacado por cinco hombres e incluso reconoció supuestamente a Manuel Cristaldo Mieres y Lorenzo González como dos de sus agresores.

Tras la denuncia, que posteriormente fue desmentida por el mismo afectado en la sede de la Fiscalía, fuerzas policiales destacadas en distintos puntos del primer departamento fueron movilizadas al lugar del supuesto ataque para rastrear a los sospechosos.

Pero el procedimiento, que se extendió hasta la tarde del día siguiente, no fue apoyado por ningún efectivo militar. Sin embargo, llamativamente, los castrenses aseguran que un avión y dos helicópteros sobrevolaron "la zona de los hechos" (ver facsímil).

Pero en realidad, ninguna nave militar se acercó a la colonia San Alfredo, donde varios grupos policiales peinaban los montes en procura de hallar pistas de los sospechosos.

El único aparato que recorrió el lugar fue el helicóptero rastreador de la Policía, que con su sensor término intentó durante dos prolongados sobrevuelos detectar presencia humana en los bosques aledaños, mas sin éxito. De hecho, jefes policiales afectados a aquel operativo se quejaron del nulo apoyo castrense para rastrear a los guerrilleros.

Intolerancia

La intolerancia y desconfianza entre policías y militares quedaron demostradas en esta última misión conjunta. Un elemento que sostiene esta teoría es que en los informes oficiales no constan incursiones de efectivos de ambas fuerzas en los bosques del Norte, tras el EPP. Solo la Policía efectuó "patrullas rurales" un par de veces, pero fueron más que nada mediáticas.

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