Ministro y comandante ningunean a la familia del policía Edelio Morínigo

El ministro del Interior, Ariel Martínez, y el comandante de la Policía, Luis Rojas, están muy ocupados y no tienen tiempo para atender las desesperadas súplicas de la señora Obdulia Florenciano, madre del suboficial segundo Edelio Morínigo Florenciano, quien fue secuestrado y presuntamente asesinado por el EPP.

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La actitud indiferente de ambas autoridades fue transmitida ayer por la vocera de la Policía Nacional, la comisaria principal Elisa Ledesma, en una conferencia de prensa en la sede del Departamento de Relaciones Públicas.

Paradójicamente, mientras Ledesma daba la cara por el ministro y por el comandante en Asunción, la señora Obdulia Florenciano era persuadida por sus demás hijos y por algunos representantes de la sociedad civil del Norte del país para no crucificarse frente a la base de operaciones de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), que funciona en el kilómetro 79 de la Ruta 5 “Gral. Bernardino Caballero”, en el distrito de Arroyito, departamento de Concepción.

La desesperada madre, su esposo Apolonio Morínigo y los otros 10 hermanos de Edelio permanecen en vigilia y llevan a cabo todos los días cortes de ruta intermitentes frente al cuartel militar, en reclamo de informes acerca del paradero del suboficial que fue secuestrado por el grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Edelio se encuentra desaparecido desde el 5 de julio de 2014. La única prueba de vida fue dada a conocer en octubre de ese mismo año. Consistió en un video en el que Edelio aparecía con su entonces compañero de cautiverio, Arlan Fick Brem, quien sería liberado esa Navidad.

Sin embargo, el miércoles último, un grupo de militares llegó a la casa de la familia Morínigo Florenciano, en la zona conocida como Calle 18 de Arroyito, justamente cerca de la base de la FTC, y comunicaron que Edelio presuntamente ya se encuentra muerto, según los panfletos hallados en un campamento del EPP que fue desmantelado hace 10 días, tras dos combates consecutivos en la zona del cerro Guaraní.

Desde entonces, la familia del policía decidió instalarse frente al cuartel de los militares, para presionar y que se busquen por lo menos los huesos del agente, aunque no obtuvieron respuestas, ni del ministro del Interior, Ariel Martínez, ni del comandante de la Policía, comisario general comandante Luis Carlos Rojas Ortiz.

El único que se acercó a ellos fue el general de Brigada Héctor Grau, jefe del Comando de Operaciones de Defensa Interna (Codi), del cual depende la FTC.

Muy ocupados 

“El señor comandante tiene mucha actividad en estos momentos, con respecto a las elecciones, para la distribución de la fuerza efectiva... Por ello que él se disculpa que no está pudiendo llegar hasta allá”, fue la explicación que ensayó ayer la comisaria Ledesma al justificar a su jefe Rojas, a quien por lo visto no le interesan sus comandados ni las familias de ellos.

“El señor ministro del Interior también manifiesta la voluntad y la predisposición de conversar con ella y, de ser posible, que llegue hasta nosotros en este fin de semana”, dijo la jefa de Relaciones Públicas al tratar de defender al ministro Martínez.

Después, la uniformada fue un poco más dura, al manifestar públicamente, con respecto a la señora Obdulia, “que ella venga hasta acá si quiere hablar antes que finalice esta semana”.

Ni siquiera por teléfono pueden hablar, fue la pregunta de un periodista, y la comisaria respondió que “el señor comandante manifiesta que habla con la señora Obdulia a través del director de Policía de la zona y del personal designado en la Fuerza de Tarea Conjunta”.

Finalmente, la vocera de la Policía reiteró que “si a la señora Obdulia eso no le es suficiente, pedimos que se acerque hasta aquí para poder conversar personalmente”.

El mismo cerro de siempre

Desde hace casi una década ya se sabía que el grupo criminal EPP tenía uno de sus principales aguantaderos en la zona del cerro Guaraní de Arroyito, tal como se comprobó hace 10 días, cuando la FTC halló y desmanteló el campamento principal de la banda armada luego de dos enfrentamientos consecutivos.

Por ejemplo, ABC Color ya había publicado en su fotografía de tapa de la edición del 20 de mayo de 2010 que el mencionado cerro, conocido también como Los Naranjos o Naranjay, era ya desde aquel entonces la principal guarida de los terroristas.

Sin embargo, ni la Policía Nacional ni posteriormente la Fuerza de Tarea Conjunta nunca hicieron algo al respecto, pese a que era obvio que los maleantes se refugiaban en dicho cerro luego de cada golpe que cometían en sus alrededores.

El cerro Guaraní está situado a 8.500 metros de la base de operaciones de la FTC, en un lugar estratégico en medio del triángulo formado entre las ciudades de Horqueta, Arroyito, Yby Yaú, Azote’y y Tacuatí, que es donde a su vez opera el EPP. 

La zona de montes que rodea al cerro del EPP mide solo 600 hectáreas.

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