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La Organización Paraguaya de Cooperación Intermunicipal (Opaci) fue creada en 1964 como una oficina pública dependiente del Poder Ejecutivo.
En 1997, tras la modificación de su carta orgánica se transformó en una organización no gubernamental (ONG). Sin embargo, la entidad nunca abandonó la recaudación de fondos públicos.
La asociación “sin fines de lucro” usa el desfazado Decreto 1216/93 para cobrar compulsivamente a cada contribuyente vía comunas G. 20.000 por la expedición o renovación de licencias de conducir. Incluso aseguran que la operación está autorizada por el Ministerio de Hacienda.
Mediante este despojo a los contribuyentes Opaci recaudó en 2015, unos G. 17.000 millones. Ese monto es cuatro veces más del dinero que recibe del Estado cualquier otra ONG.
Según el Presupuesto General de la Nación, este año la Fundación Cardiológica Científica del Paraguay (Fundacor) recibirá apenas unos G. 4.928 millones. La entidad ofrece atención médica cardiovascular y recibe a personas de recursos limitados.
Otra de las asociaciones es la Fundación Centro San Rafael de Ayuda a la Vida-Parroquia San Rafael con un monto de G. 2.250 millones, Fundación Corazoncitos con G. 2.250 millones, Fundación de ayuda a Niños/as con Cáncer y Leucemia (Asoleu) con G. 1.100 millones.
Todas estas organizaciones citadas tienen el delicado trabajo de atender a personas con problemas de salud, pero ni están siquiera cerca de recibir el monto que anualmente tiene la Opaci como ONG.