Ampliando horizontes

Una particular feria cerró el curso de capacitación en distintos rubros que la Fundación Saraki y Sinafocal ofrecieron a personas con discapacidad y sus familiares. Unas 80 personas recibieron sus certificados y mostraron lo que pueden hacer para salir adelante como microemprendedores.

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La Fundación Saraki presentó una exposición de los trabajos que realizaron las personas con discapacidad. Esto como parte del acuerdo de cooperación establecido entre el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS), el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) y la fundación, para la implementación de 40 cursos de capacitación para personas con discapacidad.

En la primera etapa se realizaron un total de 15 cursos, en los departamentos de Central, Caaguazú, Alto Paraná, Itapúa, Ñeembucú, Guairá y en nuestra capital.

El objetivo de este proyecto es promover oportunidades de capacitación de personas con discapacidad y familiares, para garantizar la igualdad de oportunidades y su posterior vinculación a sistemas formales de intermediación laboral. También, se busca contribuir a mejorar la autonomía, independencia y calidad de vida, enfatizando el desarrollo de competencias, habilidades y herramientas necesarias para la inclusión laboral de los beneficiarios capacitados a empleo y generación de autoempleo.

Especialidades

Las especialidades ya desarrolladas en el marco de este proyecto son operador básico de computadoras, auxiliar administrativo, elaboración de productos de limpieza, reciclaje sustentable, emprendedurismo y un curso de lengua de señas para funcionarios públicos.

“Primero hacemos los cursos de capacitación; luego, un plan de negocios, teniendo en cuenta qué idea tienen, para que ellos puedan vender y, a través de eso, tener un ingreso dentro de la familia o para que la persona discapacitada pueda sentirse útil”, explica Lourdes Esther Garay, del área de emprendedurismo de Saraki.

Agrega que los cursos se vienen realizando hace unos años, pero el de emprendedurismo se inició en el 2016. Lo que más rescata de este trabajo es que la persona se siente útil y valorada luego de que su familia ve el progreso que logra. Esto ayuda muchísimo para incentivar su entusiasmo. “Porque inicialmente no creen que van a poder hacerlo, pero cuando ven el resultado del proceso, es como un empujón de apoyo al trabajo”, resalta. Los que siguieron los cursos de octubre a diciembre del 2018 recibieron sus certificados.

Entre los que expusieron sus trabajos estuvo Josefina Magalí Melot (24), de Asunción, quien cuenta que se acercó a Saraki luego de haber visto en tevé el aviso de las futuras capacitaciones. “Entonces, tomé conocimiento de la existencia de la fundación, me acerqué, empecé con los cursos y ya no paré más hasta ahora”, comenta. La joven realizó los cursos de emprendedurismo, programación de computadoras, secretariado, entre otros. “Quiero seguir emprendiendo y que mis productos sean conocidos”, enfatiza la joven, quien se dedica a realizar manualidades de materiales reciclados.

Luciana González Paniagua (55) realizó cursos de reciclaje, maquillaje, automaquillaje, maquillaje social, costura, croché, manicura y pedicura en la Secretaría Nacional por los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad (Senadis), a través de Saraki. “Soy multifacética”, dice entre risas, y muestra sus prendas de costura y tejidos de croché. “Desde hace unos cinco años tengo mi negocio propio: la confección. Después voy a estudiar peluquería, para completar todo lo relacionado a los cursos de belleza”, añade.

Anacleto Alarcón Luque (26) llegó hace un año a la fundación. Realizó varios cursos, pero para su microempresa se enfocó en los productos de limpieza y la venta de remedios naturales; un emprendimiento que lleva adelante con su familia. “Pero quiero seguir aprendiendo”, asegura.

Otro de los beneficiados por este proyecto es Silvino Estigarribia, de Villarrica. Comenta que accedió a los cursos del Sinafocal a través de Saraki. “Gracias a eso, ahora tengo este trabajo y puedo ganar para mi sustento”, revela. Estigarribia, junto con un artesano, hace planteras. “Yo las pinto. Están hechas de toallas viejas con cemento”, cuenta. Sin embargo, confiesa que su fuerte es la preparación de los productos de limpieza, ya que son la base de su sustento.

Valerio González llegó a la fundación hace 14 años. Él siguió el curso de maquillaje, “porque se aprende mucho” y se está iniciando en el rubro. “Incluso estoy por comenzar otro curso, para tener más títulos”, revela. Cuenta que comenzó los cursos a través de un convenio con el instituto El Puente y la fundación. “A través de ellos empecé”, recuerda. Siguió los cursos de secretariado, emprendedurismo, entre otros. “Ahora voy a empezar el de página web y lenguaje de señas, para aprender a comunicarme con los compañeros. Tengo una madre con 90 % de discapacidad y estoy tratando de salir adelante para ayudarla”, subraya.

Estos son solo algunos de los ejemplos de gente que, a pesar de sus dificultades, se esfuerza por salir adelante, sentirse útil y progresar en la vida.

Sepa más (021) 202-155 / http://www.saraki.org/

mpalacios@abc.com.py

• Fotos ABC Color/Claudio Ocampo.

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