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La Dra. Marian Ramírez, veterinaria, recomienda “la aplicación de la vacuna antirrábica a partir de los cuatro meses de edad del canino, anteriormente se aplicaba a los seis meses, pero en la actualidad ya se realiza a los cuatro debido a que hay manifestaciones de rabia en cachorros”.
“La segunda aplicación se lleva a cabo a los seis meses posteriores a la primera y luego de forma anual. Los animales portadores de la rabia son las vacas, los caballos, cerdos, perros y gatos”, apunta.
Señala además que “la rabia es una enfermedad que afecta el sistema nervioso, ya que el virus, que se denomina rhabdoviridae, se aloja en el cerebro”.
La rabia se transmite a través de los animales domésticos y murciélagos, ya sea por arañazos, por mordedura, o por ejemplo cuando la saliva de ese animal infectado tiene contacto con una herida abierta en el humano.
Refiere la profesional que “la rabia es una enfermedad zoonótica que se transmite a humanos, por ello la importancia de la vacuna para las mascotas. Hay vacunaciones preventivas tanto para humanos como para perros”.
“El contagio al humano se da más por el perro o el gato que por murciélagos. Las personas que tienen directo contacto con animales, como los veterinarios, deben aplicarse la vacuna preventiva”, aconseja. Esto debido a que esta enfermedad es mortal, no tiene cura, sólo se realizan los tratamientos pertinentes, sin embargo, al final tanto el animal como el humano fallecen.
“Los síntomas principales en el animal son: salivación excesiva, babeo, nerviosismo, fotofobia –se esconde de la luz–, se paralizan los músculos de la boca, no toma agua, y de tanto nerviosismo llega a arañar o morder”.
Recomienda la profesional que “cuando una persona es mordida se observe tanto al perro como al humano por diez días”. La consulta con el médico no se debe postergar, así como sus indicaciones.