Descripción y análisis de implicancias de la variabilidad climática en la economía paraguaya

La economía paraguaya tiene alta sensibilidad a la variabilidad climática debido a una serie de condiciones favorables. Entre ellas se pueden citar que nuestro país se encuentra en una zona subtropical y su clima se caracteriza por condiciones de precipitaciones relativamente abundantes, especialmente en la región Oriental, sumada a un rango de temperatura, humedad y luminosidad ideales para el desarrollo de la agricultura a lo largo del año. Es justamente el rubro agrícola un sector relevante en el sistema económico nacional, ya que su desempeño incide en gran medida en el Producto Interno Bruto (PIB). Por ello, la situación obliga a realizar reflexiones, que van desde infraestructura hasta los planes de contingencias ausentes.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/5HHSERKN7RE3JALIBGWF347JBQ.jpg

Cargando...

En entregas anteriores habíamos abordado la alta sensibilidad de la economía paraguaya a la variabilidad climática, debido a una serie de condiciones favorables. El sector agrícola es justamente el que determina en gran medida la expansión de la economía local, ya que su desempeño en términos de volumen es relevado como unidad de medida de la economía de los países y cuya variación recoge el Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, todas estas estadísticas “promedio” esconden una alta volatilidad, debido principalmente a condiciones climáticas, especialmente relacionadas a las precipitaciones. Por lo general, los años de sequía terminan generando una disminución en la producción agrícola, que se traduce en un mal desempeño del PIB de la agricultura para luego impactar en la caída del PIB total del país. Sistemáticamente, luego de un mal año agrícola, la producción se recupera de forma espectacular, es decir crece mucho el volumen producido, pero solo porque se lo compara con un año malo. De esta forma, la economía paraguaya ha experimentado oscilaciones en su desempeño debido a la muy alta exposición a las variaciones climáticas, específicamente a las precipitaciones.

Frágil estructura sostiene cadenas productivas

Los elementos expuestos muestran la frágil estructura que sostiene a varias cadenas productivas del país, poniendo en riesgo empleos, ingresos y exportaciones cuando las condiciones climáticas sobrepasan lo considerado “dentro del rango”.

A modo de dimensionar el impacto en la economía, las últimas estimaciones de MF Economía dan cuenta que debido a las variabilidades climáticas registradas durante la siembra y cosecha de la soja 2018/2019, sumado al componente de los bajos precios internacionales se dejará de ingresar en el circuito económico del país, alrededor de US$ 1.100 millones. De hecho, unos US$ 750 millones menos son como consecuencia de la sequía y unos US$ 350 millones vinculados a la baja de los precios internacionales.

Y el temporal de la semana pasada, según reportes preliminares, terminó por arrasar a la última parte de la cosecha, la soja zafriña, afectando unas 800.000 toneladas. La pérdida, a causa del clima, muestra lo determinante del desempeño de la cadena.

En el mismo sentido, la ganadería, principalmente en la zona del Bajo Chaco, fue otro sector de la economía que está sufriendo los embates de las intensas lluvias, y si bien ya venía arrastrando factores adversos como los bajos precios, el fenómeno climático de días pasados terminó por poner en riesgo a aproximadamente 250.000 cabezas de ganado. Las inundaciones que golpean a las zonas ganaderas del Chaco son consideradas incluso superiores a las registradas en el año 1983. Desde la mirada social, muchas personas se encuentran totalmente aisladas, debido a que no existen alternativas de condiciones viales mínimas para acceder hasta esos lugares.

Con esta complicada situación, el sector ganadero debe enfrentar una deuda en el sistema financiero que ronda los US$ 1.600 millones, y ante el escenario actual le resta como alternativa ir vendiendo animales para hacer frente a los compromisos. Esto, además de la pérdida de animales que fueron arrasados por las lluvias, hace estimar que los cortes de carne en las góndolas seguirán con altos precios.

El factor clima también impacta en la producción de las binacionales. Una sequía de la cuenca del río Paraná, sobre todo del lado brasileño, genera un menor caudal, por lo tanto afecta en la baja producción de las binacionales Yacyretá e Itaipú.

Paraguay recién está iniciando el periodo de diversificación de su sistema productivo, aunque el peso de la industria sigue siendo bajo, siendo el comercio y servicios los de mayor relevancia. Sin embargo, cuando la métrica se centra en el volumen de dinero inyectado a la economía, el sector primario es el que determina el desempeño de la economía en un determinado año.

Calidad de infraestructura como parte de la contingencia

Así como se describían y analizaban los efectos que ocasionan los fenómenos climáticos a sectores claves de la economía, los mismos revelan también el atraso existente en materia de infraestructura al ver los impactos socioeconómicos que dejó el reciente temporal.

Sobre el punto, la infraestructura se refiere al conjunto de activos físicos que conforman el sistema económico y social de un país como rutas, puertos y hospitales por dar algunos ejemplos.

La creación de infraestructura pública genera servicios que benefician a la sociedad y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Estos servicios tienen impactos en la economía porque facilitan la producción y el desarrollo económico, pero también mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Por ejemplo, la infraestructura de transporte provee servicios que facilitan el traslado de personas y mercaderías. Esto contribuye a facilitar el comercio y mejora el acceso a escuelas y hospitales. El acceso a servicios de infraestructura como rutas, telecomunicaciones, electricidad, agua y saneamiento son fundamentales para la integración de los hogares a la actividad económica y social (Banco Mundial, 2003).

Infraestructura: clave para el desarrollo

La investigación económica respalda la propuesta que la infraestructura es importante para el desarrollo porque promueve el crecimiento económico y reduce las inequidades sociales.

El papel de la infraestructura en el desarrollo económico se analiza desde fines del siglo XVIII. Primeramente se valoraba la contribución de la infraestructura al aumento en la productividad. Sucesivamente, otros trabajos mantenían que la creación de infraestructura contribuía a la reducción de costos y mayores ganancias en el ámbito comercial.

Un estudio del Banco Mundial indica que un aumento del nivel de infraestructura de 1% incrementa temporalmente el crecimiento del PIB, entre 1% y 2% (Calderón y Serven, 2014).

Hasta solo hace pocos años, la variabilidad climática afectaba, principalmente, a las zonas agrícolas y ganaderas, es decir al sector primario, tal como ya se mencionó anteriormente. Sin embargo, en la actualidad, viene impactando de forma sistemática a ciudades madres del país como Asunción, Gran Asunción y otras emergentes, generando pérdidas al comercio, servicio y a la industria. No obstante, estas condiciones climáticas no deben ser vistas como la carga negativa del país, sino la oportunidad de visualizar la inexistencia de inversiones primordiales como desagües pluviales, cloacales, defensas costeras, reordenamiento territorial (que la gente no se instale en zonas de riesgo) para gestionar los efectos de fenómenos climáticos experimentados días atrás.

Afectó en capital a unas 2,5 millones de personas

La afectación a alrededor de 2.500.000 personas en Asunción con la inundación de sus hogares, calles y avenidas, además de la pérdidas de vehículos, entre otros impactos, es la fotografía de la falta o existencia (pero de mala calidad) de la infraestructura sobre la cual los ciudadanos, que pagan sus impuestos, deben aprender a vivir. 

Por otro lado, Pilar, una ciudad que podría haber sido considerada como emergente y con múltiples posibilidades de progreso del departamento de Ñeembucú, fue otra víctima más de la desidia de las autoridades nacionales. La inundación, que no llegó de forma imprevista, sino que ya existía el riesgo para que justamente el Gobierno adoptara las medidas de contingencia necesarias, terminó por afectar a unas 10.000 familias, es decir, a aproximadamente 40.000 personas. La afectación a esta importante cantidad de ciudadanos representa una caída en el desarrollo de la zona, debido a que salen del circuito laboral, por ende, se ven afectados en sus ingresos, que a su vez, hace resentir a otros sectores como el comercio y el servicio. A todo este delicado panorama se le debe adicionar la pérdida de clases de niños y adolescentes, así como la exposición a enfermedades típicas de inundaciones como las que se vive en Pilar y otras varias zonas del país.

La combinación de ausencia de planes de contingencia y la mala calidad de infraestructura, terminan por generar sobrecostos inimaginables a la economía.

Finalmente, se requieren de inversiones oportunas y estratégicas, que anteriormente se las consideraba de interés social. Sin embargo, los hechos muestran la relevancia en el desarrollo y crecimiento de toda la economía. Lamentablemente, la respuesta del Estado y las autoridades gubernamentales y municipales sigue siendo el desperdicio de los escasos recursos públicos mediante la contratación de funcionarios, cuando se precisan de inversiones que pueden salvar todo un departamento.

El llamado es imperativo, urge iniciar un proceso de desarrollo organizado de toda la infraestructura existente en Paraguay. Únicamente de esa manera, el país podrá enfrentar y mitigar las consecuencias de temporales como los acaecidos recientemente.

La economía paraguaya ha experimentado en los últimos años oscilaciones en su desempeño debido a la muy alta exposición a las variaciones climáticas, específicamente a las precipitaciones. La situación obliga a realizar reflexiones, que van desde infraestructura hasta los planes de contingencias.

Se observa la frágil estructura que sostiene a varias cadenas productivas del país, poniendo en riesgo empleos, ingresos y exportaciones cuando las condiciones climáticas sobrepasan lo considerado “dentro del rango”.

En la actualidad, la variabilidad climática ya no solo afecta al sector primario, sino viene impactando de forma sistemática a ciudades madres del país como Asunción, Gran Asunción y otras emergentes, generando pérdidas al comercio, servicio y a la industria.

Pérdida

Temporal de la semana pasada arrasó con la última parte de cosecha de soja zafriña, y afectó unas 800.000 Ton. La pérdida por el clima afecta a toda la cadena.

Vacunos

La ganadería también está sufriendo los embates de las intensas lluvias. El clima puso en riesgo a unas 250.000 cabezas de ganado en la zona del bajo Chaco.

Deuda

En medio de una complicada situación, el sector ganadero debe enfrentar deudas en el sistema financiero que rondan los US$ 1.600 millones.

Urgente

Urge iniciar un proceso para desarrollar y organizar toda la infraestructura existente en el país para enfrentar y mitigar la furia de la naturaleza.

Aisladas

Desde la mirada social, mucha gente se encuentra totalmente aislada, porque no hay alternativas viales mínimas para acceder hasta esos lugares.

Inversión

Las condiciones del clima es una ocasión para ver la inexistencia de inversiones claves en desagüe pluvial, cloaca, defensa costera y reordenamiento territorial.

Costos

La combinación de falta de plan de contingencia y la mala calidad de infraestructura, terminan por generar sobrecostos a la economía.

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...