La política del tero

El precio es el que pagas. El valor es lo que recibes. Warren Buffett

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Cuando nos sumergimos en este denso mundo de las energías nos preguntamos: ¿Qué valor tiene la energía para el paraguayo común y cuál es el precio que pagamos por este servicio en nuestro país?

La respuesta para muchos está a flor de piel: la energía es muy cara y el valor que le hemos asignado es muy bajo. Me explico: Paraguay es uno de los más grandes exportadores mundiales de energía limpia y segura, pero sigue en el subdesarrollo. Es una ironía que lo venimos exponiendo hace dos décadas, en estas mismas páginas.

Y este contrasentido tiene orígenes estructurales que nacieron al mismo tiempo que la gran nación guaraní. Desde la concepción del Estado, en épocas de la colonia, la yernocracia y el cuñadazgo han tenido gran peso en nuestra cuestión social. Este método, según algunos antropólogos de mucha ciencia y de mi mayor respeto, lo establecieron Domingo Martínez de Irala y sus sucesores.

En aquel momento histórico en el cual el adelantado escoge para sus esposas a doncellas mbya guaraní, nuestra suerte estaba jugada. Gracias a maestros como Bartomeu Melià he aprendido que por nuestra sangre corren genes del cazador-recolector mbya. A diferencia del avá guaraní, quien ya tenía cultivos rudimentarios y era un poco más estable en sus tavas, el mbya guaraní era totalmente cazador. Es por ello que el paraguayo tradicional caza y recolecta todo.

Caza el crédito del BNF, del Crédito Agrícola de Habilitación, caza en épocas de veda pesquera, caza en épocas de crecida y en épocas de sequía. El paraguayo cazador-recolector, cuando llega a la política, recolecta coimas y caza contratos en todas las instituciones. Y si Uds. piensan que el “líder campesino”, el “sindicalista del Estado” es diferente, están muy equivocados. Estos descendientes del cacique Lambaré han entendido muy bien dónde está el filón de oro.

Un factor abonó sobremanera este fenómeno, la multiplicación desordenada y nociva de las “universidades” de garaje. Con ellas, el mancebo tiene título, pero no conocimiento. Con la cartulina consigue cargos en la administración pública, el único lugar donde accederán con su baja calificación. Pero todo esto es parte de un gran “sistema”. Si haces a un pueblo culto, lo haréis rico, decía Platón, 400 años antes de Cristo. También lo dijo el propio Dios por boca del profeta Oseas: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento” (cap 4: 6).

Es por ello que cuando traficantes de influencias como González Daher, Dionisio Amarilla y otros semejantes llegan al poder destruyen todo a su paso. Aprovechan al máximo su “agosto”. Despojan, esquilman y carcomen hasta las esperanzas. Compran y venden influencias, negocian con directores, contratistas, gestores y muchas veces, pagan hasta los inocentes.

Pero, ¿Qué tiene que ver esto con nuestra energía? Pues todo. Nuestros caciques energéticos han aprendido muy bien la yernocracia y el cuñadazgo. Si hacemos un estudio de ADN, encontraremos que el Estado paraguayo es una gran familia, donde tutti fratelli, primos, tíos y amantes se benefician. Al final, las más desprotegidas son las esposas verdaderas. Hubo un ilustre senador que tuvo, descaradamente, su concubina, su niñera y su esposa, al mismo tiempo, en la administración pública. Por suerte ya no lo tenemos en el Congreso.

Pero volvamos a lo que habitualmente nos convoca. La política energética del Brasil es muy previsible y ello nos permite hacer algunas conjeturas. Hace 35 años que vienen llevando una energía limpia, segura y barata de Itaipú, lo cual ha colaborado en gran manera con su desarrollo. Hoy es una de las economías más fuertes del mundo; mientras nosotros la penúltima de Latinoamérica. Nuestra claudicación inducida ha surtido buenos resultados para sus intereses.

Pero no existe crimen perfecto ni mal que dure 100 años. El Brasil del siglo XXI quiere ser protagónico y anhela el liderazgo regional, para ello buscará aliados y no enemigos. Sus diplomáticos de carrera y sus grandes maestros ya le habrán hecho notar a Bolsonaro que el valor de la energía de Itaipú es cada vez más complicado para sus pretensiones. Por ello creo que nuestra negociación irá por buen camino, a pesar de nuestros gerentes y líderes sindicales. Lo que debemos cuidar bien son los mensajes subliminales que nos llegan gracias a sus perifoneros, como estos: Brasil tiene energía de reserva equivalente a 15 Itaipú, tienen petróleo, tienen la cuenca amazónica aún inexplotada, etc. Son los mismos argumentos que nuestros ingenieros de 60 Hertz vienen repitiendo hace décadas, pero por supuesto, gracias al pago de canonjías al más puro estilo mbya guaraní.

Lo que nuestros “caciques” energéticos no podrán cazar nunca es al mercado. Y este mundo está cada vez más, nos guste o no, mercantilizado y abierto. Lula y Dilma lo entendieron muy bien, a tal punto que permitieron firmar un acuerdo de 25 puntos a nuestro favor, teniendo la certeza absoluta que lo archivaríamos por décadas.

Ya van 10 años que este acuerdo presidencial duerme el sueño de los justos. De los 25 puntos solo se han cumplido tres: la triplicación de la cesión energética, la repotenciación de los transformadores de la Subestación Margen Derecha (SEMD) y la construcción de la única línea de 500 KV funcionando en Paraguay, la de IB-Villa Hayes. Muchos dicen que esto no tiene nada que ver con Itaipú, sino con el Mercosur; tal vez tengan razón, pero el incentivo salió de la binacional. Hace poco un apasionado alto gerente me dijo: “Si el acuerdo Lugo-Lula se firmó en el 2009 ¿por qué Lugo no lo aplicó durante tres años? Él fue enjuiciado solo en el 2012”. Me quedé mudo.

Volviendo al mercado; hoy día puedo comprar una alpargata de Indonesia, un perfume de Francia y una AK47 de Somalía, todo depende del método de compra: internet, una tienda formal o el PCC. Así visualizo el mercado energético dentro de 10 años en Paraguay, a pesar de nuestros caciques cazadores-recolectores. Mi ejemplo predilecto acostumbra ser las líneas celulares. Cuando este sistema llegó tímidamente, pocos le dieron crédito. En poco tiempo revolucionó las comunicaciones y liberalizó el mercado, a tal punto que hoy existen más líneas que habitantes. El Estado ni intentó librar una batalla que sabía que lo perdería.

Pero, ¡ojo! Existen muchos convencidos ideológicamente que odian la libertad; abdicaron, así como muchos cubanos y venezolanos, de su libertad, a cambio de pan, medicamentos y artículos de tocador, racionados. Estos adoran el estatismo y confunden a la población; cualquier intento de liberalizar, desregular o modernizar nuestro obsoleto y corrupto sistema lo estigmatizan con la palabra “privatización”. Muchos sindicalistas de Itaipú, Yacyretá y la ANDE, a esta altura, ya me habrán crucificado. Pero así es el mercado de trabajadores y lo respeto.

Lo que nunca dicen es que el Brasil tiene realmente privatizado casi el 70% de su energía y que con Bolsonaro probablemente la Eletrobras y Petrobras lo estarán en breve. Sin embargo, no creo que privatizen la Itaipú, sencillamente porque nadie modifica el estado que le conviene. Con el cuco de la binacionalidad han proclamado: veni, vidi, vici”.

Lo que muchos estatistas colorados y socialistas no perciben es que este nuevo escenario condicionará las negociaciones del anexo C en 2023, ya que al interés geopolítico brasileño ahora se sumarán los intereses privados de las multinacionales chinas, rusas y norteamericanas que hace tiempo están en el mercado latinoamericano. Muchos dicen que las crisis son oportunidades de negocios. ¡No temamos al mercado! Al final lo usamos todos los días en el súper, en la peluquería y con nuestros celulares...

Lo peor que podemos hacer es desconocer la estrategia del tetéû que hace ruido en un lugar apartado de sus polluelos, para proteger sus nidos. No dejemos que los ruidosos cazadores-recolectores del Estado nos quieran desviar la atención con su picos y púas, para proteger sus cotos de caza y cría.

Paradoja

Paraguay es uno de los más grandes exportadores mundiales de energía limpia y segura, pero sigue sin poder salir del subdesarrollo

35 años

Hace 35 años que Brasil lleva una energía limpia, segura y barata de Itaipú, lo cual ha colaborado en gran manera con su desarrollo

* Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú y vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay (SILP).

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