Tendencias y perspectivas económicas para el 2019

La economía local seguirá su ritmo de crecimiento durante el 2019; sin embargo, algunos sectores tendrían un comportamiento disímil; es decir, mientras algunos experimentarían crecimiento, otros quizás se retraigan. La nueva estructura de la economía paraguaya visualizada en la renovada visión de las cuentas nacionales por actualización del año base, indica una mayor participación de los sectores de comercio, servicio, incluso industria y menor contribución del sector primario. Así, el ritmo de expansión sería de alrededor del 4%, basado especialmente en el desempeño del sector comercial y de servicios.

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La estimación de escenarios futuros obliga necesariamente a incorporar las presiones y fuerzas del sistema mundial y regional, caracterizado por un conjunto de tensiones, crecimiento y hasta guerra comercial entre dos potencias mundiales, lo que agrega mayores dosis de incertidumbre. Igualmente, a escala regional, Brasil y Argentina presentan situaciones diferentes. Mientras uno da signos de recuperación e inaugura un nuevo periodo de gobierno con Bolsonaro, el otro sigue tratando de ordenar su economía, conteniendo el déficit fiscal, intentando relanzar el crecimiento y, como si fuera poco, pensando en una hipotética reelección presidencial.

A continuación, se presentan las perspectivas económicas para el año que se inicia.

Agricultura: con menor producción por limitaciones climáticas

Por el lado de la oferta, la sequía que afectó a la soja tempranera (aquella sembrada hasta mediados del mes de setiembre) y a pesar de la resiembra tendría efectos de consideración en la productividad nacional y por lo tanto, en el volumen total producido que sería, según las primeras estimaciones, inferior al 2018 y menor aún al 2017. La disminución esperada de producción de soja afectaría a los demás eslabones de la cadena, por lo tanto, podrían esperarse algunas reducciones en el dinamismo de la cadena. Se podría anticipar entonces que la zafriña de soja sería relevada para intentar recuperar, al menos en parte, la producción perdida por la sequía.

Desde la demanda, resta conocer si las escaramuzas comerciales entre Estados Unidos y China se saldarán con una paz duradera, que restablecerá los precios de Chicago y el resto del engranaje comercial y logístico tradicional o si, por el contrario, se tendrían que recalcular cotizaciones y premios (costos de logística y transporte). De igual forma, la producción de Argentina, en función a su volumen, podría representar una mayor o menor demanda de soja paraguaya destinada a usos industriales en el vecino país, lo que impulsaría los precios para arriba, al menos para este destino. De igual forma, si China no puede comprarle soja a Estados Unidos, necesariamente buscará nuevos proveedores, donde Brasil y, en menor medida argentina, aparecen como proveedores directos potenciales, lo que podría incidir en los precios y sobre todo en los premios. En este escenario la rentabilidad de los productores podría ser levemente más elevada que en años anteriores.

Con respecto a los demás rubros, como el maíz y el trigo, no se esperan modificaciones en el área sembrada debido a los precios internacionales, que se mantienen relativamente bajos. Por su parte, la agricultura familiar campesina, cuyo rubro principal es el sésamo, no mostraría crecimiento significativo, manteniendo los niveles productivos de años anteriores, con lo cual la rentabilidad de la cadena, especialmente de los productores dependería de un incremento del precio, aunque esto está evidentemente fuera del control de estos.

Ganadería: mayores mercados, pero con escaso o nulo crecimiento del hato

Paraguay finaliza el año con uno de los menores precios de exportación de la región, alrededor de 4.100 dólares por tonelada, mientras que Brasil se sitúa en torno a los 3.900 y Argentina por encima de 5.000. El mantenimiento de las condiciones productivas, es decir de la faena, combinada con la hipotética apertura de nuevos mercados, podría generar una diversificación en las exportaciones que pueden dotarle de mayor solidez a esta cadena.

No obstante, el decrecimiento del hato ganadero seguirá representando un desafío de envergadura para el sector para permitir un crecimiento a mediano y largo plazo.

Industrias: mayor visibilidad, con oportunidades de expansión, pero con limitaciones por contexto regional y contrabando

El sector industrial muestra un renovado dinamismo, impulsado por una mayor visibilidad a partir del cambio del año base realizado por el Banco Central del Paraguay. La diversificación de este sector seguiría con el mismo ritmo de expansión, pero limitado a aquellos bienes y subsectores que no puedan ser introducidos al país de contrabando.

Igualmente, las industrias vinculadas a subsectores en expansión como el de la construcción (cemento, metales, plásticos, vidrios, entre otros) podrían experimentar un crecimiento, siempre y cuando no se produzcan fenómenos climáticos adversos, específicamente periodo de lluvias que limitan, frenan y retrasan las actividades.

Las políticas de atracción de inversiones deberían revisarse para orientarlas a aquellos sectores que generen mayores impactos en la economía nacional. Las experiencias de atracción de maquilas han sido positivas, pero definitivamente la política estatal no puede limitarse a este tipo de acciones. Atendiendo el tamaño de la población, su estructura de edades y sobre todo el volumen de la clase media, el sector industrial podría explotar estas condiciones favorables y generar la oferta de ciertos grupos de bienes que hoy se importan. En cierta forma, el sector industrial podría impulsar una tardía pero necesaria sustitución de importaciones.

La calificadora Fitch ha incrementado la calificación de riesgo de Paraguay situando al país a solo un paso del grado de inversión, es decir de una mayor exposición y atracción a las inversiones. Desde el gobierno se deben realizar aún una serie de tareas en vistas a consolidar los logros obtenidos y mejorar algunas variables para que las demás agencias calificadoras internacionales de riesgo también mejoren la calificación del país.

Las industrias, importadoras y distribuidoras de bienes de consumo masivo podrían verse afectadas por el contrabando proveniente tanto de Argentina como de Brasil, por lo cual corresponde realizar un seguimiento sistemático a la situación cambiaria en ambos países.

Comercio y servicios: termómetro de condiciones internas y externas

El sector de comercio y servicios puede enfrentar las mismas limitaciones que experimentó durante el segundo semestre del 2018, cuando los compradores extranjeros dejaron de consumir en Asunción, lo que terminó por generar una retracción sensible en las ventas.

La demanda interna dependerá de la vitalidad de la marcha de la economía, de las obras públicas que posibilite el consumo y en lo posible su incremento. El control de la inflación, así como el tipo de cambio, atendiendo la cantidad y diversidad de bienes importados, serán cruciales para que las familias no pierdan capacidad de compra.

Para 2019 se espera que el sector se comporte siguiendo dos fuerzas principales. La primera está dada por el comercio de Asunción y su zona metropolitana, que estaría afectada por el contrabando y su informalidad. En segundo lugar, la frontera con Brasil sería otra fuente de dinamismo comercial por reexportación y, al mismo tiempo y en algunos periodos del año, podría sufrir el ingreso de productos brasileños de contrabando.

Economía del Estado: recaudar más y gastar mejor

La promulgación de un presupuesto con déficit, pero controlado no asegura que la intervención de las políticas públicas se convierta en un factor de crecimiento económico. Más allá de los gastos rígidos y las inversiones sociales, se deberá prestar mucha atención a la calidad del gasto, es decir a cómo se utilizan los recursos obtenidos mediante la recaudación de impuestos. Se espera que las diferentes oficinas públicas supriman la serie de privilegios innecesarios, caros e inmorales (flores, gastronomía, seguros médicos, entre otros).

Las presiones inflacionarias no serían muy fuertes, por lo que se espera que el Banco Central del Paraguay logre administrarlas dentro de los márgenes esperados. Con respecto al tipo de cambio, cabría esperar una diminución de la apreciación del dólar.

Por el lado impositivo, el 2019 será crucial para resolver el nudo gordiano de la presión impositiva, los impuestos a la renta y las deducciones posibles, en un marco complejo que combina necesidad de una mayor recaudación con una urgente necesidad de mejorar la calidad del gasto. Se debe resolver, de una vez por todas, la estructura, mecanismos y formalidades impositivas, de forma a establecer reglas de juego claras, consistentes, coherente con la estructura económica y sobre todo previsibles.

Un aspecto que podría agregar más velocidad a la actividad comercial es la modificación de la ley de tarjetas, con lo cual muchas familias podrían disponer de vuelta de este medio de pago que redundaría en el repunte de las ventas. Los datos y análisis han demostrado los efectos perversos de la reducción de tasas de interés, afectando negativamente a aquellos a quienes se pretendía defender.

El valor del petróleo podría ser un factor relevante para disminuir los costos productivos, especialmente agrícolas, que afectaría principalmente a la zafra 2019-2020.

Perspectivas e indicadores macroeconómicos

La economía paraguaya mantendría su ritmo de crecimiento de alrededor del 4%, basado en el desempeño del sector comercial y de servicios y con una menor participación del sector primario. Las incertidumbres financieras, económicas e incluso aquellas referentes a la gestión de la economía por parte del Estado, agregan una complejidad mayor a las proyecciones.

De todas formas, en los más variados escenarios, la estructura económica paraguaya presenta condiciones de crecimiento y estabilidad, que podrían ser de mayor amplitud si se realizan los ajustes necesarios en los diferentes sectores económicos, sobre todo desde el Estado, la instancia que regula, incentiva, a veces castiga, pero por sobre todo que facilita las condiciones de crecimiento equilibrado.

Algunos sectores han mostrado cierto repunte, mientras otros soportaron diversas condiciones adversas. Se estima que varias de las fuerzas que han configurado la economía y la sociedad paraguaya este año sigan con intensidades variables, influenciando en el año 2019.

En cuanto a influencias regionales, el 2019 arranca con nuevo presidente brasileño, lo que tiene implicancia por los intercambios comerciales, políticas y condiciones económicas del vecino país que pueden repercutir de distinta forma en el Paraguay.

Argentina a su vez tendrá elección presidencial en octubre próximo, y las condiciones son también muy complejas y plenas de incertidumbre. Las influencias en nuestro país podrían observarse en el recrudecimiento del contrabando, afectando tanto a los importadores como a los comerciantes formales.

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