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El robo de la camioneta Volvo ocurrió el martes 29 de mayo al mediodía.
A las 12:04, las cámaras de seguridad de Rieder SACI, ubicado en la avenida Artigas entre Central y Altos, captaron a un hombre vestido con jean, remera blanca mangas largas y que usaba anteojos de sol.
El sujeto, quien luego fue identificado por la Policía como Francisco Augusto Agüero Cabello (33), ingresó caminando tranquilamente a la concesionaria, aunque en todo momento fingió hablar por celular.
Posteriormente, ingresó al salón de ventas, donde había varios vehículos de último modelo en exhibición.
Justo en ese momento, una escribana estaba firmando los últimos documentos para llevarse una de las camionetas.
Le pusieron una batería nueva y llenaron el tanque de combustible
Los empleados equiparon el vehículo con una batería nueva y otros accesorios, e incluso llenaron el tanque de combustible, como para que la nueva dueña se marchara ya a bordo de su flamante camioneta sin uso.
Al mismo tiempo, el osado maleante, que ya estaba dentro del salón, se acercó al lugar donde estaba la camioneta Volvo, aunque supuestamente seguía hablando por celular.
En cuestión de segundos, mientras la compradora y los empleados se reunían en la oficina administrativa, el malviviente “cortó” la llamada que lo mantenía supuestamente ocupado, subió al vehículo, arrancó y salió tranquilamente de la concesionaria.
El criminal hasta esperó pacientemente que otro empleado le abriera el portón lateral y, tras llegar a pie, se alejó en una lujosa camioneta de 80.000 dólares.
El inusual hecho fue denunciado en la Comisaría 9ª Metropolitana y el caso pasó a manos de los departamentos de Investigación de Delitos y Control de Automotores, que deberán localizar el rodado, que ni siquiera fue aún acondicionado con rastreo satelital.
Tanto los empleados de Rieder SACI como la flamante dueña de la camioneta quedaron atónitos por el sutil robo, que ni siquiera requirió violencia y porque el maleante tampoco fue siquiera percibido por las víctimas.