Una de las ciudades más golpeadas por la inseguridad

La ciudad de Tacuatí, situada en el departamento de San Pedro, en el límite con el departamento de Concepción, se convirtió de nuevo en uno de los principales bastiones del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), tras los últimos ataques consecutivos. Y la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), cada día más inútil.

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De los 125 golpes cometidos por el EPP desde el año 1997, al menos 20 se produjeron en el distrito de Tacuatí.

La primera aparición de los criminales en el referido municipio ocurrió el 31 de diciembre de 2008, cuando el primer anillo del EPP atacó, saqueó y quemó el destacamento militar que funcionaba en el predio de la estancia “Paso Itá”, perteneciente a la hacendada Marys Llorens.

Aquella vez, los maleantes se hicieron con varios fusiles de guerra, pertenecientes al Estado, pero que después fueron usados para asesinar a paraguayos inocentes.

Tras la destrucción del destacamento militar, el EPP volvió a aparecer en la estancia “Paso Itá”, el 7 de mayo de 2012, cuando quemaron una topadora que trabajaba en el monte.

El 15 de noviembre de ese mismo año, los maleantes derribaron con bombas una de las torres de la línea de transmisión de la ANDE, en la colonia Manitoba de la misma ciudad.

El 2013, el año más violento 

Al año siguiente, específicamente el 18 de abril de 2013, los del EPP mataron al tractorista Santiago Morel Leiva (37), quien trabajaba para el ganadero Luis Lindstron en un sector de la misma estancia “Paso Itá”, que estaba arrendada por el exsecuestrado.

El 31 de mayo, solo un mes después de la muerte del tractorista, el propio Luis Alberto Lindstron Picco (63) fue igualmente asesinado en una emboscada en el mismo sector de la estancia “Paso Itá”. Fue porque Lindstron se resistía a seguir pagando el “impuesto revolucionario”.

El 10 de julio, los criminales le aparecieron a un empleado de la estancia “San Eduardo”, en medio del monte, y quemaron su rodado y demandaron varias exigencias.

Pero uno de los golpes más crueles de aquel año se llevó a cabo el 17 de agosto de 2013, dos días después de que Horacio Cartes asumiera el poder. En el predio de la estancia “Lagunita”, fueron emboscados y asesinados un policía y cuatro peones, además de ser incendiada la camioneta en la que recorrían los límites de la propiedad.

Ese mismo día, el EPP tenía preparada otra serie de ataques consecutivos contra los policías que sabían iban a reaccionar, aunque afortunadamente ya sin muertos, pero sí con unos heridos de gravedad.

Comitiva de Derechos Humanos 

Todavía no acababa el año 2013 y el EPP seguía sembrando terror en Tacuatí, como lo hace de nuevo ahora. El 1 de octubre de aquel año, un francotirador de la banda, que habría sido Bernardo Bernal Maíz, alias Coco, asesinó con un balazo en la frente a un policía que manejaba una de las camionetas de una comitiva de Derechos Humanos que salía de Tacuatí, tras una jornada en el destacamento militar del asentamiento Tacuatí Poty.

Al siguiente año, el 25 de marzo de 2014, policías y militares de la ya formada Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) reaccionaron a tiempo y evitaron que el EPP masacrara a los agentes que estaban de guardia en la subcomisaría N° 13 del Cruce Tacuatí, apostada sobre la Ruta 3, en la entrada al camino terraplenado de 35 kilómetros que conduce al centro urbano de la ciudad de Tacuatí.

El 3 de agosto de 2015, a dos años del quíntuple homicidio en la estancia “Lagunita”, el EPP volvió a perpetrar otro homicidio en el predio de la misma hacienda. Esta vez, la víctima fue Angelo Silvio Barboza Deip (34), subadministrador del establecimiento, quien fue emboscado en uno de los corredores rurales. 

La era de secuestros

El 8 de agosto de 2015, cinco días después del crimen en la estancia “Lagunita”, se produjo el secuestro del colono menonita Abrahán Fehr Banman, quien actualmente tiene 38 años.

Este fue capturado cuando trabajaba en un campo se cosecha que alquilaba. Por su liberación, la banda pidió 500.000 dólares. Su familia llegó a pagar 100.000 dólares a una banda de avivados que se hizo pasar por el EPP. Hasta hoy no hay siquiera una prueba de vida.

Como demostración de fuerza, el 30 de agosto de ese mismo año, el EPP volvió a derribar otras dos torres de la ANDE, en la colonia Manitoba, dejando sin energía cientos de miles de compatriotas.

El 19 de diciembre de 2016, quemaron otra topadora en la estancia “Paso Itá”.

El siguiente secuestro en Tacuatí fue el 21 de agosto de este año, cuando capturaron al colono menonita Franz Hiebert Wieler (32), de quien no hay todavía ni una prueba de vida ni mucho menos una comunicación con su familia.

Finalmente, el 1 de octubre pasado, en la colonia Santa Clara’i, a tres kilómetros y medio del casco urbano de Tacuatí, fueron incendiadas tres maquinarias agrícolas y dejado un panfleto con las típicas reivindicaciones y amenazas del EPP.

Solo 24 horas después, la misma banda quemó otras tres máquinas que estaban depositadas en un predio del asentamiento Tacuatí Poty y que trabajaban para el Gobierno en un programa que beneficia a los lugareños.

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