Anahí llegó puntual a la entrevista y su natural nerviosismo se fue disipando a medida que entrábamos en el campo de la escritura. Nos cuenta que escribe desde los ocho años, cuando garabateaba cuentitos infantiles inspirados en los dibujos animados que veía. “escribía sobre cucharas que hablaban, ese tipo de ficción, y se lo mostraba a mi mamá”. Con una sonrisa rememora que le costó aprender a leer y escribir. “fui la última de la clase en lograrlo”. Del baúl de los recuerdos extrae que, como todas las niñas, amaba leer cuentos de hadas y princesas, pero la dedicatoria de un libro que le regaló su padrino –“Que nunca falte la lectura en tu vida”– fue lo que se fijó en su mente; todavía conserva este obsequio como primera fuente de incentivo. En el 6.° grado llegó un primer premio en el concurso de cuentos del colegio, con motivo del Bicentenario. “Escribí una historia que trataba sobre la nieta de Juana de Lara. Me sorprendió ganar, pero no le di mucha importancia. Recién un par de años después, para un trabajo del colegio, me inicié en la lectura de novelas con Los juegos del hambre, de Suzanne Collins”. Después de esa experiencia como lectora, Anahí le tomó el gusto y empezó a comprar libros por mera pasión. Uno de sus escritores preferidos es John Green. “tengo todos sus libros”, agrega. Aquella inversión en lectura tuvo su efecto: la joven escritora empezó a crear historias propias que nacían los fines de semana y quedaban celosamente archivadas. Actualmente, Anahí está por finalizar el bachiller científico en el colegio Cristo Rey. Todavía no decide qué carrera seguir, aunque le gusta psicología. De más está decir que toda su familia la apoya en su empresa literaria; sus padres, Nimio y Norma; sus hermanas mayores, Jessica e Ivanna y su amiga desde la infancia, Sol Armoa. “ellos están más emocionados que yo”, cuenta feliz.
Hell Town es su ópera prima, lanzada recientemente por Editorial El Lector. El libro, de 100 páginas, está escrito en castellano y se sitúa en los EE. UU. Anahí detalla que su primer paso fue subir historias breves a Wattpad (una aplicación para compartir artículos, relatos, poemas). “Una compañera me había comentado que ahí podía publicar. Me animé y empecé a hacerlo. En poco tiempo se multiplicaron los me gusta y una lectora me pidió permiso para crear un grupo de WhatsApp, en el cual éramos chicas de diferentes países. Eso me motivó: saber que lo que yo escribía podía agradarles a otras personas”. Pero para acercarse a la meta de concretar una novela, se requería, además, quebrar otras barreras. Venciendo su timidez, se lo comentó a su profesora de literatura, Perla Morales. “Ella se puso muy contenta y me dijo que la enorgullecía mi decisión de escribir. Me orientó en ciertos puntos”, resalta la joven agradecida.
En el lanzamiento del libro, Anahí no leyó ningún discurso, sino que habló con el corazón. Segura, no le teme al fracaso; al contrario, tiene grandes expectativas de que su libro sea un éxito y, por qué no, soñar que llegue hasta Hollywood.
En el pueblo infernal
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“Hell Town era un pueblo normal al sur de California, hasta que un día empiezan a pasar cosas inexplicables, muertes, actividad paranormal. Todo gira en torno a la protagonista, Brooke Wells. Es una novela de misterio y, al mismo tiempo, de romance. La bella Brooke se va a encontrar con un muchacho que iba a su colegio, pero nunca hablaban; se topan una noche en una calle y así inician una amistad. Pero esta relación no va a gustarles a los padres ni a su mejor amiga. Ese joven era bastante extraño”.
En el pueblo infernal
“Hell Town era un pueblo normal al sur de California, hasta que un día empiezan a pasar cosas inexplicables, muertes, actividad paranormal. Todo gira en torno a la protagonista, Brooke Wells. Es una novela de misterio y, al mismo tiempo, de romance. La bella Brooke se va a encontrar con un muchacho que iba a su colegio, pero nunca hablaban; se topan una noche en una calle y así inician una amistad. Pero esta relación no va a gustarles a los padres ni a su mejor amiga. Ese joven era bastante extraño”.
lperalta@abc.com.py
Imágenes Gustavo Báez, gentileza
