Internet, niños y adolescentes

El grado de preocupación en países del primer mundo (si cabe la diferenciación en cuanto a la existencia de políticas de Estado en salud pública), en referencia a la adicción digital, llega a tal punto que hay campañas, en España por ejemplo, donde instan a los menores a que, cuando se saquen fotos para subirlas a las redes sociales, “no hagan morritos”, esto es, “piquitos”, “juru pato”, ni tiren besos. Así como estamos quienes protegemos la información de las personas, hay otros que se dedican a buscar este tipo de material para identificar a sus próximas víctimas.

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Hoy día los ciberdelincuentes tienen acceso a herramientas de análisis de redes sociales (ARS) y les resulta sencillo interactuar con personas vulnerables. Es un grave error creer que los chicos nativos digitales son inmunes a los riesgos en internet, todo lo contrario. Esa necesidad de interacción, esa adicción declarada a la interconexión es la que hace que se vuelvan carne de cañón para los ciberdelincuentes.

En este ámbito Instagram sigue liderando todas las alertas, continúa siendo una red nociva en cuanto al abuso de nuestros chicos, y es un servicio que muchísimos menores de edad usan sin el acompañamiento de sus padres.

¿Cuáles son los riesgos?

1) Compartir datos que los vuelvan vulnerables: ¿sabías que al publicar una foto en Instagram podés etiquetar dónde ha sido tomada? Esta información puede parecer inofensiva, pero hay personas que podrían usarla para determinar un patrón de actividades personales y abusar de ese conocimiento. Incluso si evitamos esta opción, personas con excelentes conocimientos de computación podrían acceder a la información de metadatos de la imagen, determinando dónde ha sido tomada.

2) Ciberbullying: el ciberacoso no es nuevo. De hecho, estamos seguros de que has oído o leído al respecto. El acoso escolar existe desde siempre, aunque últimamente se han acentuado las apariciones de casos a lo largo y ancho del mundo) y este maltrato ha llegado a internet, primero a Facebook y ahora, a Instagram. Pertenecer a Instagram convierte a los niños en posibles víctimas del acoso online.

3) Adicción: si bien admitimos que la adicción no es característica única de Instagram, sí es una de las redes sociales que puede generar más adicción, principalmente por la facilidad de instalar una aplicación en el móvil para utilizarla y ¡debido a su carácter visual! Sabemos que los jóvenes de hoy aman las imágenes, y eso justamente puede convertirles en adictos.

4) Propensión a sufrir angustia y problemas mentales: un estudio realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge sugirió que “los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad y depresión”. Esto se debe a que muchas personas suben fotos editadas a la red y esto puede generar inseguridad (sobre todo en niñas y adolescentes) al ver que sus cuerpos no responden a los mandatos sociales. El #hashtag #sinfiltro se agrega a la mayoría de las fotografías, aun cuando se haya utilizado un programa para “mejorar” la imagen. También el no conseguir “suficientes me gusta” puede generar angustia en los jóvenes, según la Fundación Educación y Cooperación de España.

¿Qué hacemos?

Mi respuesta es: no a las redes a temprana edad. Pero si ya perdiste con esto yo te recomiendo: apoyá a tus hijos en su crecimiento digital y su interactuar con su entorno, pero sin perder tu rol.

Solicitá acceso a las redes de tus hijos. Es tu deber como padre/madre.

Hablá con tus hijos sobre los riesgos y analicen juntos los tiempos en Internet.

Controlá las fotos que tus hijos suben, a cualquier red social o a los mensajeros como whatsapp.

Configuren juntos la privacidad de las redes sociales y de su smartphone.

No dejes solos a tus hijos.

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