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Francisco Mora, doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford, es el autor del libro Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama. Mora afirma que el cerebro solo aprende si hay emoción.
Aunque nuestro cerebro sigue siendo un gran desconocido, los avances científicos nos permiten conocer cómo aprende el cerebro y destacar el importante papel que la curiosidad, la necesidad y las emociones tienen en la adquisición de nuevos conocimientos.
La neurociencia enseña hoy que el binomio emoción-cognición es indisoluble, intrínseco al diseño anatómico y funcional del cerebro. Este diseño nos indica que toda información sensorial, antes de ser procesada por la corteza cerebral en sus áreas de asociación (procesos mentales, cognitivos), pasa por el sistema límbico o cerebro emocional en donde adquiere un tinte, un colorido emocional, un significado. Y es después que en esas áreas de asociación, en redes neuronales distribuidas, se crean los abstractos, las ideas, los elementos básicos del pensamiento.
Aplicando neuroeducación en el aula
a. Empieza con algo provocador. Una frase, una imagen o una reflexión que no les deje indiferentes.
b. Conecta con la vida de tus alumnos. Presenta problemas que les afecten y hazlo de forma que lo vean interesante.
c. Haz que quieran y puedan hablar. Crea un clima positivo en el que no exista el miedo a expresarse y deja espacio para que construyan sus argumentos.
d. Introduce incongruencias. El mundo está lleno de ellas. Usa la contradicción, novedad, sorpresa, desconcierto o incertidumbre.
e. Evita la ansiedad. Reduce la presión y no pongas en evidencia a tus alumnos. Nadie aprende así.
f. Potencia el aprendizaje emocional. La emoción está muy ligada a la memoria.
g. Enseña con diferentes estilos, variando las actividades y los materiales.
h. Repetición de formas diferentes. Una buena estrategia es que la repetición del material se haga de diferentes formas y desde una variedad de actividades y experiencias.