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En la primera parte del programa se escogieron tres áreas muy exigentes para cantante y orquesta, como son las de Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart, Carmen de Georges Bizet e Il Trovatore de Giuseppe Verdi, tres estilos y nacionalidades que tuvieron muy buena interpretación.
El plato fuerte fue la segunda parte, dedicada a zarzuelas españolas. Allí Belmonte cambió vestuario, aros y accesorios, que incluyen mantillas, mantón y abanico. Mucho salero para demostrar que su voz es un instrumento maravilloso, lleno de colores y timbres de notable calidad.
La revoltosa, El barberillo de Lavapiés, Jugar con fuego, La boda de Luis Alonso (en una interpretación de la Osca que justificó los bravos y vivas), El niño judío, más los bises de La tempranica nos transportaron a España en otra noche que fue toda musicalidad.
José Luis De Tone