EEUU vuelve al Consejo de Derechos Humanos, con Paraguay y Honduras como aspirantes

Estados Unidos vuelve este año al Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras casi cuatro años de ausencia aprovechados por China para ganar influencia en este órgano, al que también quieren acceder Paraguay y Honduras.

Imnagen de archivo del recinto del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Imnagen de archivo del recinto del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

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Junto a Argentina, que quiere renovar por un segundo periodo su plaza en el consejo, estos países aspiran a hacerse con los tres puestos vacantes de los ocho reservados a la región de América Latina y el Caribe.

La Asamblea General de Naciones Unidas escogerá el jueves los nuevos miembros del Consejo de Derechos Humanos (CDH) , formado por 47 países, aunque la votación traerá pocas sorpresas puesto que hay 18 candidatos para 18 puestos vacantes.

La prevista elección de Eritrea vuelve a poner sobre la mesa la cuestión de la presencia de regímenes autoritarios y poco respetuosos con los derechos humanos en la máxima instancia de la ONU encargada de velar por ellos.

“No es algo de ahora, pero la tendencia se refuerza inevitablemente” , declaró a AFP un diplomático europeo.

La salida de Estados Unidos de esta institución en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, que acusó al consejo de hipocresía y de ensañarse contra Israel, dejó el campo abierto a China para expandir su influencia.

Junto a socios como Bielorrusia o Venezuela, aprobaron en los últimos años declaraciones conjuntas respaldando la acción de Pekín en Hong Kong, Tibet o Xinjiang, o denunciando “violaciones de derechos humanos” en países occidentales como, por ejemplo, contra los indígenas de Canadá.

“El objetivo de China es simple: destruir el concepto de universalidad de los derechos humanos y hacer valer una visión conforme a su sistema político” , señaló otro diplomático europeo.

Polarización China-EEUU

Algunos temen que el retorno de Estados Unidos al consejo refuerce esta tendencia de creciente polarización.

“Podemos imaginarnos que chinos y estadounidenses no se harán regalos y utilizarán el consejo como una arena donde exponer sus rivalidades” , señaló el primer diplomático.

El líder del centro de reflexión Universal Rights Group de Ginebra, Marc Limon, lamenta que Estados Unidos “se concentre esencialmente en China” tras su retorno como observador al CDH este año.

“Muchos países están hartos porque no quieren ver el sistema multilateral rehén” de esta rivalidad, dijo a AFP Limon, apelando a Washington a ampliar su temática para recuperar el apoyo de países en desarrollo, ahora inclinados hacia Pekín.

El embajador chino ante la ONU en Ginebra, Chen Xu, espera que Estados Unidos pueda “llevar a cabo un diálogo constructivo e intente no convertir los derechos humanos en un instrumento político” .

“Nosotros mismos estamos listos para seguir este enfoque que consiste en promover el diálogo, oponerse a la politización y tratar de poner el acento en las necesidades de los países en desarrollo” , indicó a los periodistas.

“Farsa electoral”

Los miembros del CDH, cuyos puestos están repartidos en cinco grupos regionales, se eligen para tres años por mayoría absoluta en una votación secreta.

Cada año se renueva un tercio del organismo. Entre los nuevos candidatos figuran India, Catar, Emiratos Árabes, Somalia y Kazajistán.

De los ocho miembros de América Latina y el Caribe, dejarán el consejo Uruguay y Bahamas, y seguirán Bolivia, Brasil, Cuba, México y Venezuela, además de Argentina si obtiene el segundo mandato.

Las oenegés acusan a los grupos regionales de presentar el mismo número de candidatos que de vacantes y de no haber frenado la candidatura de países autoritarios.

“Una farsa electoral” , criticó la oenegé UN Watch.

Human Rights Watch y el Servicio Internacional de Derechos Humanos (ISHR) , una oenegé en Ginebra, pidieron no votar a favor de países que violan notoriamente los derechos humanos.

La presencia de este tipo de países en el consejo fue una de las razones esgrimidas por la administración Trump para dejar la institución.

El nuevo jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, destacó este año la importancia del órgano para llamar la atención de algunas crisis, pero animó a “reflexionar sobre su manera de funcionar” .

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