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La presidencia de la CSU votó por unanimidad a favor de presentar el recurso, que según el líder del partido y primer ministro bávaro, Markus Söder, se formalizará antes de la pausa estival parlamentaria.
La reforma atenta contra la "legítima representación" del partido regional en el Bundestag, según la CSU, formación hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU), primer partido de la oposición a escala nacional.
La normativa fue aprobada con los votos del tripartito del canciller Olaf Scholz, formado por socialdemócratas, verdes y liberales, y su propósito es reducir el número de escaños, actualmente 736, lo que convierte el Bundestag en la mayor cámara de diputados entre las democracias de todo el mundo.
El objetivo es que a partir de la próxima legislatura el Bundestag no exceda de los 630 escaños.
Se considera que ello perjudicará tanto a la CSU bávara como a La Izquierda, partido que está por debajo del umbral del 5 %, mínimo para obtener representación, pero que tiene grupo parlamentario gracias a los escaños logrados por mandato directo o victoria en un distrito electoral.
La reforma era una asignatura pendiente en Alemania, donde desde hace varias legislaturas se buscaban fórmulas para reducir el número de parlamentarios y evitar que siguiera creciendo, debido a su peculiar sistema electoral vigente.
En Alemania cada ciudadano tiene dos votos en las elecciones; con el primero se elige a un candidato por cada circunscripción unipersonal -los llamados mandatos directos- y con el segundo se vota a la lista de un partido, lo que determina el reparto proporcional de puestos en el Parlamento.
La mitad de los escaños, en principio, corresponden a mandatos directos y la otra mitad a diputados elegidos por las listas de los partidos.
Si un partido obtiene un número de mandatos directos mayor al de diputados que le corresponden por el segundo voto, el Parlamento aumenta su tamaño con los llamados mandatos adicionales a los partidos para no distorsionar la proporcionalidad emanada del segundo voto.
La reforma elimina ese tipo de escaños compensatorios y también la fórmula por la que los partidos pueden acceder a grupo parlamentario aunque queden por debajo del 5 %, si logran tres mandatos directos.
Eso perjudica especialmente a la CSU, que en los últimos comicios quedó en un 5,2 % a escala nacional, pero que suele obtener casi la totalidad de los mandatos directos en Baviera, y logra así más escaños de los que le corresponderían por lista.
Los argumentos centrales de los conservadores bávaros y la Izquierda es que el nuevo sistema no tendría en cuenta particularidades regionales, algo clave en el federalismo alemán, y que impediría el acceso al parlamento de diputados libremente elegidos.