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"Seguiremos dando todo el apoyo necesario para retomar la paz y proteger la democracia en Río Grande do Norte", afirmó el jefe de Estado en un mensaje publicado en sus redes sociales pocas horas después de que el grupo criminal responsable por los ataques incendiara una estación de trenes en las afueras de Natal, la capital regional.
Desde la madrugada del martes, cuando la organización conocida como Sindicato del Crimen inició una ofensiva para presionar por beneficios para sus líderes encarcelados, se han registrado 273 ataques, entre incendios de autobuses y edificaciones, tiroteos y actos vandálicos, en 48 municipios de este empobrecido estado del noreste de Brasil.
Lula afirmó que volvió a conversar este domingo por teléfono con la gobernadora de Río Grande do Norte, su correligionaria Fátima Bezerra, para estudiar medidas para reforzar la seguridad en la región.
Dijo igualmente que determinó que su ministro de Justicia, Flávio Dino, viaje el lunes a Río Grande do Norte para coordinar el apoyo que ofrecerá la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, un grupo de policías de élite que reforzó la seguridad en el estado atacado con el envío de 500 agentes.
"Estamos siguiendo y auxiliando al Gobierno de Río Grande do Norte en el combate a los atentados criminales. He conversado con la gobernadora, que ha hecho un gran trabajo en el enfrentamiento de esta crisis, y con el ministro Flávio Dino, que también está atento a la situación", afirmó el líder progresista.
Su anuncio se produjo pocas horas después de que el grupo criminal incendiara la estación de trenes Boa Esperanza, en Parnamirim, una de las ciudades del área metropolitana de Natal, atacada con artefactos explosivos.
En la noche del sábado también fue incendiada una camioneta en Parnamirim y un autobús escolar en Sao Pedro, y el Escuadrón Antibombas de la Policía Militarizada tuvo que desactivar un artefacto explosivo abandonado frente a un estadio en Ponta Negra, municipio en el interior del estado.
En la noche del viernes fue asesinado un guardia carcelario e incendiadas tres viviendas.
Los ataques prosiguieron este domingo pese a que la secretaría regional de Seguridad Pública alega que cayeron en un 85 %, desde los 104 registrados en la madrugada del martes a solo 15 el sábado.
Según el último balance de la Secretaría Regional de Seguridad Pública, 117 presuntos implicados han sido arrestados desde que comenzaron los ataques y han sido decomisadas 34 armas de fuego, 98 artefactos explosivos, 26 galones de gasolina y 12 motocicletas.
Los tiroteos e incendios de vehículos, comercios, comisarías policiales, bancos y sedes de organismos públicos han sido atribuidos al Sindicado del Crimen, organización de narcotraficantes comandada desde el interior de las cárceles de la región.
Los ataques al parecer son una respuesta al reciente endurecimiento de las políticas públicas de combate al crimen y a las malas condiciones del sistema penitenciario.