En sus proyecciones macroeconómicas para el periodo 2023-2025, el BdF aumenta en dos décimas respecto a lo que anticipaba en junio sus expectativas de crecimiento para este año, debido al vigor constatado en el segundo trimestre, en el que hubo un ascenso del 0,5 % del producto interior bruto (PIB).
Para el tercer trimestre espera que la progresión se quede en un 0,1-0,2 % y en un 0,2 % en el cuarto.
En 2024, los autores de las proyecciones anticipan un crecimiento del 0,9 %, que provendrá sobre todo de la demanda interior, mientras que el saldo exterior tendrá un impacto nulo (frente a las seis décimas de PIB que aportará en 2023).
El Gobierno del presidente Emmanuel Macron revisó a la baja en dos décimas la semana pasada sus previsiones para 2024 y las dejó en el 1,4 %, una cifra netamente superior a las estimaciones actuales del BdF, y que también está por encima de las de la Comisión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En lo que respecta a la inflación interanual, el Banco de Francia cree que va a seguir moderándose en los próximos meses, para terminar en el 4,5 % en el cuarto trimestre (4,9 % en agosto).
Esa misma tendencia debería continuar en 2024, si se cumple la hipótesis de los mercados acerca de las materias primas, de forma que la inflación quedaría en el 2,2 % al terminar el ejercicio.
En 2025, la inflación se quedaría en el 1,8 % por el doble efecto de la continuación de la normalización de los precios de las materias primas y el impacto progresivo de las subidas de tipos de interés por el Banco Central Europeo (BCE).