La iniciativa sólo recibió el apoyo del propio Chega -tercera fuerza- e Iniciativa Liberal, mientras que el líder de la oposición conservadora, el PSD (centroderecha), se abstuvo y toda la izquierda votó en contra.
No hubo sobresaltos en la Asamblea de la República, donde Costa ya ha enfrentado con éxito tres mociones de censura desde que asumió su tercera legislatura en marzo de 2022.
En este tercer intento, el segundo de Chega, volvió a quedar patente que los partidos de la derecha siguen sin ponerse de acuerdo.
El debate fue tenso, con continuas quejas y protestas de los diputados de la ultraderecha, que llegaron a pedir una "paliza" -"política", matizaron después- al Gobierno para apearlo del poder.
FALTA DE "ALTERNATIVA"
Pero Costa avisó a Chega de que no iba a unirse a su "griterío" e insistió en las desavenencias de la oposición, con una sonrisa divertida cada vez que veía estallar tensiones entre sus adversarios.
"¿Si no se entienden sobre la censura al Gobierno al que se oponen, cómo se van a entender para construir una alternativa?", cuestionó, y defendió que Chega sólo presentó la moción para "desafiar" al resto de la derecha.
La falta de alternativa de derecha ha sido un tema recurrente este año.
El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, había señalado en los últimos meses que notaba a la mayoría socialista "cansada", pero que no veía una alternativa para llegar a plantearse una eventual disolución del Parlamento.
Así lo recordó este martes el líder de Chega, André Ventura: "Lo que más destruye nuestro corazón es saber que una parte de esa alternativa prefiere acostarse con el Partido Socialista", dijo, en una acusación al PSD por su abstención.
Y fue más allá en sus críticas a la oposición que hace el centroderecha: "A veces pienso que yo debería liderar a Chega y al PSD al mismo tiempo".
El PSD, que desde hace años acusa problemas de liderazgo y cuyo actual presidente, Luís Montenegro, no puede participar en estos debates porque no es diputado, se defendió a través de Joaquim Miranda Sarmento, quien justificó la abstención: "No es el partido de las mociones, sino de las soluciones".
La frase hizo que Costa, que hasta el momento había mantenido una expresión de hartazgo y hasta de aburrimiento, no pudiese evitar sonreír.
También entró al cruce de críticas Iniciativa Liberal: el diputado João Cotrim de Figueiredo afirmó que su partido quiere "un Gobierno nuevo", pero en el que no esté Chega, pese a que votaron a favor de la moción.
Estas palabras abrieron una discusión entre liberales y ultraderechistas, mientras que del otro lado del hemiciclo y de la bancada del Gobierno llegaban algunas carcajadas.
CRÍTICAS EN SANIDAD, EDUCACIÓN Y VIVIENDA
El primer ministro defendió su Gobierno ante las críticas de la oposición, que se mostró más unida en sus denuncias a las medidas socialistas, sobre todo en sanidad, educación y vivienda o la gestión de la aerolínea de capital estatal TAP, fuente de problemas durante toda la legislatura.
Los comunistas y el Bloque de Izquierda, antiguos socios de Costa en su primer mandato, también se sumaron a las críticas.
El Bloque de Izquierda cuestionó al gabinete sobre la posibilidad de que los trabajadores que reciben el salario mínimo tengan que pagar el impuesto sobre la renta, del que hasta ahora estaban exentos, y los comunistas reclamaron "medidas valientes" para las hipotecas y los alquileres mientras el Banco Central Europeo (BCE) sube los tipos.
El Gobierno socialista aprovechó el debate para hacer algunos anuncios, como una medida para estabilizar durante dos años las prestaciones mensuales de la hipoteca o que la próxima semana aprobará las condiciones para el proceso de privatización de TAP.
Costa lidera el Gobierno socialista de Portugal desde 2015 y se encuentra ahora en su tercera legislatura, la primera con mayoría absoluta.