"La Resistencia no sólo la combatieron los comunistas, sino también católicos, liberales, accionistas e incluso monárquicos", dijo hoy el ministro de Educación y del Mérito, Giuseppe Valditara, en medio de la controversia surgida a raíz de que la ANPI revelase que el acuerdo firmado con el ministerio hace casi una década está a punto de expirar.
Valditara, miembro de la soberanista Liga, que forma parte del Gobierno de derechas italiano junto a los ultras Hermanos de Italia (FdI) y la conservadora Forza Italia (FI), se comprometió a "construir una convención en la que participen todas las asociaciones partisanas, porque la Resistencia no es monopolio de la ANPI y sus valores deben ser patrimonio de todos".
La ANPI, que con más de 140.000 inscritos es la principal asociación de excombatientes del país, enseña la lucha los partisanos a los estudiantes italianos desde 2014, cuando entró el vigor el acuerdo de colaboración con el ministerio de Educación, que se renueva cada tres años.
"Lo más grave es la señal política", aseguró el presidente de la asociación, Gianfranco Pagliarulo, al explicar este lunes que "los valores de la Resistencia y la Constitución ya no se enseñarán en la escuela con la presencia de partisanos e historiadores".
La ANPI reveló que había enviado dos cartas, una al presidente de la República, Sergio Mattarella, y otra a la primera ministra, Giorgia Meloni, expresando "su pesar y consternación por la falta de respuesta del Gobierno".
Tras conocer las declaraciones efectuadas hoy por Valditara, Pagliarulo mostró su alegría porque "tras casi un año de silencio" el ministro "se ha comprometido a construir una convención con todas las asociaciones partisanas, con las que llevamos tiempo trabajando en un foro unitario".
"Sin embargo, debería ser consciente de que no solo ya sabemos que la Resistencia fue obra de muchas fuerzas políticas, sino que la propia ANPI, que cuenta con 141.500 afiliados, es una asociación pluralista que acoge en sus filas a personas con diferentes orientaciones políticas, siempre que sean antifascistas", añadió.
La no reovación del acuerdo ha provocado el malestar de las fuerzas políticas italianas de centro e izquierda, que asegurna que el ministro pretende "debilitar a la ANPI" e impulsar una "nueva visión de la Resistencia"
La oposición italiana ha acusado en varias ocasiones a Meloni de promover el "revisionismo histórico" por su pasado, ya que de joven militó en la organización juvenil del antiguo y posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), cuyo emblema, la denominada "llama tricolor", es el símbolo también de su partido.
Desde su llegada al poder ha condenado en algunas ocasiones el fascismo, como el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, aunque también ha defendido el "papel" del MSI en la historia republicana de Italia.