La investigación pública en Brook House halló una cultura "tóxica" entre los empleados que operaban en ese centro de migrantes tras recabar pruebas apuntadas por un programa de investigación de la cadena pública de televisión BBC emitido en 2017.
La presidenta de la investigación, Kate Eves, recomendó al Gobierno un cambio en la legislación para establecer un límite temporal en ese tipo de centros, ya que actualmente no existe ningún periodo máximo para poder mantener retenidos a los detenidos mientras estos esperan a ser deportados o soliciten el asilo.
Según la citada investigación, cuyos hallazgos se hicieron públicos hoy, Brook House es un lugar "de estrés y angustia" en el que se identificaron 19 ejemplos a lo largo de cinco meses en los que se incurrió en maltrato, contraviniendo el Artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que protegen a los individuos de trato inhumano, degradante o castigos.
Esos ejemplos de maltrato detectados incluían el uso inapropiado de la fuerza contra 10 detenidos, moviéndolos a la fuerza mientras se encontraban desnudos o casi desnudos, el dolor innecesario empleado contra cuatro detenidos, técnicas de contención peligrosas empleadas sobre cuatro detenidos o comentarios inapropiados y humillantes contra dos detenidos durante amagos de suicidio.
"Brook House no fue lo suficientemente decente, segura o cuidadosa para las personas detenidas o sus empleados en el momento en que estos acontecimientos sucedieron", lamentó hoy Eves.
Agregó que ese centro, a raíz de los hallazgos, era "totalmente inadecuado para los detenidos para cualquier estancia que no fuera un corto periodo de tiempo".