Así, Boakai obtuvo el 50,64 % de los votos el pasado día 14, mientras que el único jugador de fútbol de África premiado con un Balón de Oro (1995) se llevó el 49,36 % del sufragio, según los datos publicados por la Comisión Nacional de Elecciones (NEC, en inglés).
Era el segundo intento del exvicepresidente y también la segunda vez que estos dos pesos pesados de la política liberiana se enfrentaban en unas elecciones presidenciales, después de las de 2017, que dieron la victoria a Weah.
Un político veterano
Durante la última campaña electoral, Boakai, de 78 años, aprovechó el descontento que dejó Weah y el hecho de que, pese a sus promesas de cambio, el presidente saliente no ha conseguido resolver los problemas económicos de Liberia.
Frente a la inexperiencia en los despachos del Gobierno de Weah, de 57 años, el exvicepresidente se ha presentado como el político veterano que el país necesita para zanjar sus problemas.
"Tengo una gran experiencia. ¿Por qué contratar a alguien para que aprenda cómo hacer este trabajo...?", llegó a decir el presidente electo durante una entrevista televisada.
Pero el exfutbolista no se quedó de brazos cruzados y encajó sus críticas con sorna, apodando incluso a su contrincante como "Somnoliento Joe" por su avanzada edad y su aparente tendencia a dormirse en actos públicos.
Nacido en 1944 en una zona rural del condado de Lofa (noroeste), Boakai ha destacado sus orígenes humildes y ha contado que tuvo que hacer numerosos trabajados para poder pagar su educación.
Así, el hijo de unos campesinos pobres logró convertirse en un joven estudiante que, después de graduarse en Administración de Empresas en Liberia, viajó a los Estados Unidos para continuar formándose en la Universidad Estatal de Kansas.
Tras volver a su país y trabajar en el sector agrícola, donde impulsó reformas en las plantaciones de cacao, café y aceite de palma, Boakai empezó su carrera política en 1983 como ministro de Agricultura.
Y en 2006, se convirtió en el vicepresidente de Liberia, liderada entonces por Ellen Johnson Sirleaf (2006-2018).
Una larga carrera contra la corrupción
Durante toda su carrera, Boakai ha censurado con dureza la corrupción, en un país que en 2022 ocupó el puesto 142 -de 180 países- en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional (TI).
Ese año, las irregularidades llegaron a lo más alto del Gobierno de Weah, obligándole a despedir a su jefe de gabinete y a otros dos altos funcionarios, sancionados por EE.UU. por sus corruptelas.
"La corrupción en todas sus manifestaciones genera subdesarrollo y privaciones, y eso es contra lo que los líderes de África deberían luchar", se lee en la página web del exvicepresidente, un "cristiano devoto" que "vive con sencillez y honestidad".
Ahora, el país espera una transición pacífica del poder, sin caer de nuevo en los errores del pasado sangriento de Liberia, que todavía lidia con las cicatrices de dos guerras civiles (1989-1997 y 1999-2003) con más de 250.000 muertos.