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La operación, en la que se detuvo a 40 personas, se llevó a cabo en varias localidades de Cerdeña, así como en las regiones de Liguria, Emilia Romaña, Toscana y los Abruzos, mientras que "el centro neurálgico del movimiento de envíos resultó ser la ciudad de Milán, donde se intervino un gran número de paquetes".
El valor total de los 660 kilos de hachís y cocaína que los agentes incautaron alcanza los 15 millones de euros, señaló la policía en un comunicado.
Unos 300 agentes de los Carabineros (policía militarizada) participaron en la redada, en la que se llegaron a incautar paquetes de gran peso, entre ellos uno más de 90 kilos de hachís requisado en 2019 en la sede de una importante empresa de mensajería urgente de Milán, cuyos propietarios desconocían su contenido.
Por lo general, los paquetes mostraban direcciones parcialmente erróneas acordadas entre ambas organizaciones, lo que provocaba que las empresas de mensajería se vieran obligadas a ponerse en contacto con los destinatarios, que utilizaban nombres falsos de ciudadanos paquistaníes, lo que les servía de aviso de que había llegado la mercancía.
Los cabecillas, tres varones de entre 37 y 52 años, viajaban a España para pagar por adelantado la mercancía, así como establecer redes de colaboración con organizaciones de narcotráfico internacional en el sur de la península, según se desprende de la investigación conjunta realizada entre Carabineros y la Guardia Civil.
El grupo criminal traficaba, además, con cocaína, que era suministrada por "clanes albaneses presentes en localidades italianas" que distribuían la mercancía en coches con dobles fondos conducidos por personas que "asumían el riesgo" de viajar con la mercancía.
La autoridad judicial de Cagliari impuso a los detenidos 23 órdenes de arresto preventivo en prisión y 17 domiciliario.