“Estas afirmaciones son para desviar la atención de la difícil situación a la que se enfrenta el régimen sionista” dijo en un rueda de prensa en Teherán el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí.
El diplomático afirmó que Israel no puede aceptar que “haya sufrido una derrota estratégica” por parte de un grupo de resistencia en la región.
“Las facciones del movimiento de la Resistencia no reciben órdenes de Irán y actúan independientemente”, aseveró el Kananí.
Los hutíes anunciaron el domingo la captura del buque, que aseguraron pertenece a Israel, en "una operación militar" que culminó con el desvío del barco hacia un puerto no especificado controlado por los insurgentes, que afirmaron que estas acciones solo van dirigidas contra navíos israelíes.
El carguero Galaxy Leader, que transportaba vehículos, es propiedad de una empresa británica, pero es operado por la naviera japonesa Nippon Yusen (NYK Line), que ha detallado que su tripulación estaba compuesta en el momento de la incautación por 25 marineros de origen búlgaro, ucraniano, filipino, mexicano y rumano.
Tras el anunció de los hutíes, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó "enérgicamente" lo que consideró como "un ataque iraní contra un buque internacional”, que se dirigía desde India rumbo a Turquía.
"Este es otro acto de terrorismo iraní y constituye un paso más en la agresión iraní contra los ciudadanos del mundo libre, con efectos internacionales en cuanto a la seguridad de las rutas marítimas", aseveró la oficina del primer ministro.
Por su parte, el Gobierno japonés condenó hoy la captura del carguero operado por una empresa japonesa y pidió la liberación de los 25 marinos de la tripulación tomados como rehenes en el incidente.
Irán capitanea el llamado Eje de la Resistencia, una alianza informal formada por organizaciones militantes como Hizbulá, los rebeldes hutíes, el movimiento islamista Hamás y la Yihad Islámica, además de una miríada de grupos en Irak y Siria.
Teherán celebró el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre que causó 1.200 muertos y desde entonces ha advertido en repetidas ocasiones de la posibilidad de que sus aliados abran otros frentes si no paran los bombardeos de Gaza, en los que han muerto más de 13.000 palestinos.