Los casos positivos se mantuvieron en 521 por segunda semana consecutiva, indicó la cartera de Salud en su análisis sobre el comportamiento de las enfermedades epidémicas.
El informe también detalla que los casos sospechosos de dengue disminuyeron un 0,45 %, al pasar de 6.232 a 6.204 casos en la última semana.
Nicaragua registra 139.803 casos sospechosos de dengue en lo que va del año, marcando el total más alto desde el pico epidémico de 2019, según un informe divulgado la semana pasada por la Fundación iO, una organización científica dedicada al estudio y control de las enfermedades Infecciosas en el mundo, zoonosis emergentes y medicina tropical y del viajero.
Las autoridades nicaragüenses no han dado los datos acumulados de casos sospechosos y confirmados de dengue en lo que va del año, ni de fallecidos.
"La inacción gubernamental ante la emergencia sanitaria es evidente. No se han ofrecido datos actualizados sobre hospitalizaciones o defunciones relacionadas con el dengue, y la comunicación oficial parece disminuir la importancia del brote actual", según el informe de la Fundación iO, que registra dos fallecidos.
Nicaragua registra una tasa de contagio por cada 10.000 habitantes de 134, la más alta de América, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que explicó que por habitante esta tasa es mayor a la de Brasil y Bolivia, "los dos países que reportan más casos sospechosos de todo el continente, pero (que) al tener poblaciones mucho más grandes tienen una tasa de incidencia más baja".
La OPS emitió en la segunda semana de septiembre una alerta sanitaria respecto al incremento de casos de dengue, principalmente en Centroamérica y el Caribe, y solicitó a los Gobiernos revisar los planes de preparación y respuesta, mantener las acciones de vigilancia, diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de casos de dengue.
El Ministerio de Salud de Nicaragua divulgó una serie de recomendaciones a finales de julio pasado para prevenir más contagios como la eliminación de criaderos de mosquitos en barrios y comunidades, realizar visitas casa a casa para sensibilizar sobre la epidemia, garantizar la aplicación de larvicidas en los depósitos de agua de las viviendas y fumigaciones programadas de acuerdo con la evolución de la enfermedad.
Nicaragua trabaja en la eliminación de criaderos de mosquitos Aedes aegypti de forma masiva, y en la fumigación de viviendas en algunas de las ciudades más afectadas.