“Hay cargos a nivel barrial que requieren de trabajo político y resulta que las mujeres no pueden hacer ese ejercicio porque tienen que cuidar a los niños” o “trabajar desde sus hogares”, explicó Callejas en declaraciones a EFE en Quito, con motivo de su visita al país para participar en la presentación del Foro Económico de las Mujeres (WEF, por su sigla en inglés) en Ecuador, que se celebrará en septiembre.
Calleja apuntó, además, que cuando las mujeres de zonas humildes solicitan ayuda económica a sus parejas para iniciar sus campañas, muchas veces estas no se la prestan. Es por ello que vio la necesidad de impartir módulos específicos sobre economía y emprendimientos a aquellas colombianas interesadas en la carrera política.
“Nos tocó dictarles un módulo de empoderamiento económico” para que aprendieran “cómo hacer cooperativas, asociaciones, y cómo entre las vecinas se pueden juntar y asociar para tener recursos de cara a sus campañas”, explicó.
La violencia política contra las mujeres
En el primer curso gratuito que impartió hace dos años a 35 colombianas, Calleja se percató de que a las mujeres, cuando hacen carrera política, “las atacan por su vida sentimental” o por “su aspecto físico”, mientras que a ellos “los atacan por sus ideales o su mala gestión”.
“Jamás he oído que en una campaña denigren a un hombre porque se casó tres veces, pero si es una mujer, es una inestable”, dijo.
La también experta en comunicación reconoció que en su país, marcado por una “historia de violencia, se vulneran los derechos de manera constante”.
En este sentido, Calleja remarcó que estas violencias “suben un escalón más” cuando las mujeres que desean adentrarse en la política son población LGTBI, tienen alguna discapacidad o son afrodescendientes, como la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, quien ha sufrido varios atentados, recordó.
“Avanzamos cuatro pasos y retrocedemos tres”
La instructora celebra que en el departamento de Tolima, en la zona central de los Andes colombianos, haya nueve alcaldesas, un hecho que juzgó como un logro “histórico”. Aunque expresó que así como se conquistan espacios, también se dan involuciones. "Avanzamos cuatro pasos y retrocedemos tres", manifestó.
Callejas incidió en que la participación de las mujeres en la plaza pública “es un ejercicio continuo en el que no se puede bajar la guardia” y dijo confiar en que, en la actualidad, la gente empiece a confiar más en las mujeres porque “esperan otras cosas diferentes a lo que se ha visto siempre”.
Por último, recordó que, a pesar de los obstáculos que se encuentran en el camino, las mujeres no se desaniman si se les da herramientas y se visibiliza su esfuerzo.