"Israel no está interesado en una guerra total, pero la única forma de evitarla es la implementación inmediata de la Resolución 1701", aseveró el jefe de la diplomacia israelí en la misiva, que difundió su oficina.
Katz comunicó en la carta que el ataque que realizó ayer Israel contra la capital libanesa, Beirut, en el que murió el comandante del grupo chií, Fuad Shukr, se produjo en respuesta al bombardeo sobre la localidad drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados por Israel, en el que murieron 12 niños.
El diplomático calificó la operación como un "claro mensaje" por parte de Israel: "Quien nos haga daño será dañado con gran fuerza".
Según Katz, implementar la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas -que puso fin a la guerra entre Líbano e Israel de 2006- implicaría que los milicianos de Hizbulá apostados junto a la frontera con Israel se retiraran hacia el norte, por encima del río Litani, así como su desarme.
Entre los motivos para exigir la medida, el titular de Exteriores apuntó a la necesidad de devolver a los más de 60.000 israelíes que desde que comenzó el intercambio de fuego en la frontera tuvieron que abandonar sus hogares en el norte del país, y que desde entonces residen en hoteles y otras residencias financiadas por el Estado.
Al otro lado de la divisoria, más de 94.000 libaneses tuvieron también que desplazarse para evitar el peligro que implicaba el constante cruce de cohetes.
La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006, que se ha cobrado la vida de al menos 574 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado 354 bajas de milicianos y comandantes, algunas en Siria.
Por otro lado, al menos 47 personas perdieron la vida en el norte fruto de estos intercambios de fuego, de los cuales 22 eran militares y, 25, civiles.