"En pocos días hubo un verdadero 'boom' de firmas", y la meta "no es simplemente" el medio millón, sino que esto es "sólo el comienzo", afirmó la comisión que puso en marcha una plataforma para tumbar esta legislación aprobada en julio.
La norma regula la transferencia de competencias a las regiones y marca que puedan pedir su gestión, lo que muchos temen que debilitará las zonas ya depauperadas del sur.
Según agregó la plataforma, su campaña "continuará durante todo agosto y hasta la última fecha útil de septiembre para seguir recogiendo firmas", incluso con el objetivo de alcanzar el millón.
Hasta ahora, estas se han logrado obtener a través de una campaña digital a pie de calle, donde organizaciones como el sindicato CGIL participaron en ello y obtuvieron en torno a 100.000 firmas de la ciudadanía en la vía pública, según informó prensa local.
Con todo, la campaña "continuará durante todo agosto y hasta la última fecha útil de septiembre", agregó la plataforma.
En Italia hay varias vías para pedir un referéndum consultivo: puede ser con la solicitud de al menos cinco Consejos Regionales o una quinta parte de los representantes de una de las dos Cámaras legislativas (Parlamento o Senado), o bien a través de la propia ciudadanía, obteniendo un mínimo de 500.000 firmas necesarias.
"Las 500.000 firmas para el referéndum contra la autonomía diferenciada son un objetivo verdaderamente importante, pero no nos detendremos aquí", aseguró ayer Elly Schlein, líder del centro-izquierdista Partido Demócrata, principal fuerza de la oposición.
Esta interpretó este paso como "un resultado político importante" que ha logrado unir "a partidos, fuerzas sociales y asociaciones que se han movilizado y organizado contra une ley que divide Italia".
"El país está convencido de que esa ley es incorrecta y peligrosa y nuestra lucha continuará", sentenció Schlein, en relación a esta legislación que promovió la coalición de Gobierno liderada por la actual primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni.
Las diferencias socioeconómicas entre norte y sur de Italia son acusadas desde la fundación del país. Actualmente, medidas como la autonomía diferenciada se perciben como un intento de grupos como el partido ultraderechista Liga -socio de Gobierno y antes llamado Liga Norte- de garantizar mayores recursos para la zona septentrional, más industrializada y con mayor potencia económica.