Los esfuerzos continúan por cuarto día consecutivo, desde que el distrito de Wayanad recibió en la madrugada del pasado martes unas lluvias torrenciales que causaron avalanchas y la crecida de los ríos, pero las operaciones de rescate se vieron dificultadas por las continuas precipitaciones y la destrucción de numerosos puentes y carreteras.
En el pueblo de Chooralmala, donde se concentran buena parte de las víctimas y las avalanchas se llevaron por delante casas cuando la mayoría de los vecinos se encontraba durmiendo, los equipos de rescate no habían podido operar a pleno rendimiento hasta hoy.
"Las operaciones de rescate están en marcha, con maquinaria pesada para encontrar cadáveres y retirar árboles y otros obstáculos", afirmó a EFE un portavoz del Departamento de Información del Gobierno de Kerala, Pratheesh D. Mony.
Efectivos del Ejército indio consiguieron erigir un puente para permitir el paso de vehículos pesados a Chooralmala, por lo que ahora es posible acceder a la zona afectada, dijo Mony.
Sin embargo, Mony afirmó que la misión ahora se centra en localizar a víctimas mortales bajo las toneladas de barro y escombros.
"Todas las personas con vida han sido rescatadas en la zona", señaló el oficial.
Al menos 189 personas murieron y decenas se encuentran desaparecidas tras los deslizamientos de tierra del pasado martes en Wayanad. No obstante, esta cifra es significativamente inferior a la aportada por medios como el Indian Express, que eleva las víctimas mortales a casi 300.
Las fuertes lluvias causaron también estragos en el norte del país asiático en los últimos dos días, con más de una veintena de muertos y cientos de personas atrapadas en los estados montañosos de Himachal Pradesh y Uttarakhand, así como en Nueva Delhi.
Estos episodios de intensas lluvias son consecuencia del monzón, que la India y el resto de países del sur de Asia experimentan entre mayo y septiembre, y que causan importantes daños humanos y materiales. Las autoridades de la India han advertido, no obstante, de los efectos del cambio climático a la hora de aumentar la gravedad y frecuencia de los desastres meteorológicos.