Las interrupciones en el servicio eléctrico aumentaron a finales de agosto superando muchas veces hasta el 20 % de afectación, según los informes diarios de la UNE.
La empresa, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, indicó que permanecen seis unidades averiadas en las distintas fábricas de energía terrestres operativas actualmente.
La UNE calcula para esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 2.455 megavatios (MW) para una demanda que llegará a alcanzar los 3.050 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 595 MW y la afectación -lo que se desconectará realmente- alcanzará los 665 MW en el denominado "horario pico", el de mayor demanda en la tarde-noche.
El estado del sistema eléctrico cubano es precario debido a las frecuentes averías en las centrales termoeléctricas con más de cuatro décadas de explotación, así como por la falta de inversiones y mantenimientos.
El Gobierno cubano rentó en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana- que en 2023 se contrajo un 1,9 %- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por la crisis económica agravada en los últimos años.
Esta situación desencadenó las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades, y otras.