El Ministerio de Interior luso precisó hoy en un comunicado que, de los ocho ordenadores robados en la madrugada del 28 de agosto en Lisboa, solo dos estaban en uso y los restantes eran "de reserva o sustitución".
Garantizó además que "no existió, ni existe, ningún riesgo de acceso a ningún tipo de información o documentos, confidenciales o no", ya que se trataba de computadoras que servían como terminales de acceso a un servidor y que "no estaban, ni estuvieron conectadas, ni tienen acceso, a información clasificada o de relevancia".
Según sus datos, el sospechoso, detenido el lunes, es un hombre de 39 años con un "amplio historial delictivo", que estuvo en prisión en Francia por delitos similares, se fugó y regresó a Portugal a principios de este año, donde cometió otros delitos de la misma naturaleza.
Será presentado ante la Justicia para ser interrogado.
El Ministerio no aclaró si los ordenadores han sido recuperados ni si hay más sospechosos.
En otro comunicado publicado el viernes, la cartera de Interior explicó que el ladrón habría entrado a las instalaciones de la Secretaría General en Lisboa a través de un edificio contiguo que se encuentra en obras.
"La hora en la que ocurrieron los hechos y la cobertura de los andamios habrán facilitado su uso para este fin indebido", expuso.