"Desde el principio, la Policía intentó silenciar el caso. No nos permitieron ver el cadáver y tuvimos que esperar en la comisaría mientras lo llevaban a la autopsia", afirmó durante una protesta la pasada noche el padre de la asesinada, según informó el diario indio The Hindu.
Los familiares de la fallecida, cuya identidad no se ha difundido por razones legales, también afirmaron que un "alto funcionario de la Policía" les ofreció dinero y que las fuerzas de seguridad los presionaron para que el cuerpo de la médica fuera cremado lo antes posible, después de que su muerte fuera inicialmente clasificada como un suicidio.
El suceso tuvo lugar el pasado 9 de agosto, cuando la joven se encontraba en un descanso de un turno de 36 horas en el hospital universitario RG Kar de Calcuta. Las autoridades han arrestado a uno de los acusados, un voluntario civil que frecuentaba las instalaciones hospitalarias.
El caso desató una ola masiva de indignación y protestas, con acusaciones de corrupción y falta de seguridad por parte de los profesionales de la salud, así como denuncias de impunidad por parte de los manifestantes.
La investigación de la Policía de Calcuta ha sido objeto de críticas por supuestas irregularidades y el caso se encuentra ahora en la órbita de una de las principales agencias de investigación de la India.
El suceso también ha adquirido tintes políticos, debido a las acusaciones de obstrucción de las investigaciones contra el partido gobernante en el estado de Bengala Occidental, el All India Trinamool Congres (AITC).
El Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro Narendra Modi, sumó este jueves sus críticas contra el comisario de Policía de Calcuta, Vineet Goyal, a las de los manifestantes que exigen su dimisión.
Un dirigente del partido nacionalista hindú, Suvendu Adhikari, denunció los "descarados intentos de sabotear las investigaciones" para "complacer los caprichos del Ejecutivo" regional, en una carta en la que pidió que le fuera retirado un prestigioso galardón.
La violencia sexual contra las mujeres en el país asiático es un problema persistente y con frecuencia provoca la reacción de una parte de la sociedad que exige más medidas para garantizar su seguridad.
El último informe sobre los delitos cometidos en la India, que corresponde a 2022, indica que se registran casi 90 casos de violación por día.