El BC señaló además que los ingresos del sector turístico también registraron una subida de un 5,5 % hasta 14.400 millones de dólares, frente a los 13.600 millones del año anterior, con una subida de un 7,4 % en el número de turistas hasta 14,9 millones de visitantes.
Explicó que en este contexto de mejora, la economía egipcia ha conseguido "un flujo neto de entrada de unos 29.900 millones de dólares, respaldado por un aumento histórico en la inversión extranjera directa".
En ese sentido, el BC subrayó que "pese a los desafíos económicos y políticos actuales, las transacciones de la economía egipcia con el exterior lograron un superávit total en la balanza de pagos de 9.700 millones de dólares, concentrándose principalmente en la segunda mitad del año fiscal 2023-2024", que finaliza el 30 de junio.
El BC detalló precisamente que de esos 46.100 millones de dólares el ingreso neto por las inversiones extranjeras directas, 40.500 millones de dólares se hicieron efectivos en la segunda mitad del año fiscal.
Reforma estructural
El BC atribuye esa mejora a la "reforma estructural de la economía introducida en marzo de 2024", cuando el país de los faraones anunció la firma de un acuerdo con Emiratos Árabes Unidos (EAU) para la construcción de una ciudad turística en Ras al Hikma, en el Mediterráneo.
Ese pacto, la mayor inversión directa extranjera en la historia de Egipto, supuso un ingreso de 35.000 millones de dólares a las arcas egipcias, una suma que le ayudó en gran medida a aliviar su crisis económica, marcada por la altísima inflación, una acuciante falta de divisas y la depreciación de la moneda local.
Justo después de ese acuerdo con los EAU, el Gobierno egipcio acordó un nuevo préstamo multimillonario con el Fondo Monetario Internacional (FMI), bajo la condición de liberalizar la moneda, reducir subsidios y abrir al mercado sectores de la economía ahora en manos del Estado.
El primer ministro egipcio, Mustafa Madbuli, ya anunció antes de esos acuerdos el lanzamiento de un programa de reforma estructural, enfocado en atraer inversiones extranjeras directas, elevar a más de 65 % la contribución del sector privado en la economía y aumentar "lo más pronto posible" a 30 millones anuales el número de turistas.
En este contexto, Egipto anunció en septiembre pasado una oferta similar a la que hizo con el proyeto de Ras al Hikma en la zona de Ras Banas, en el sur del mar Rojo, para el desarrollo turístico.
Arabia Saudí anunció, por otro lado, una inversión preliminar calculada en 5.000 millones de dólares en Egipto, durante una visita de Madbuli en septiembre pasado a Riad, en la que afirmó que su Gobierno poner los "últimos retoques" sobre un acuerdo para "asegurar las inversiones" saudíes en Egipto.
Pese a un las cifras alentadoras, el comunicado del BC egipcio destaca un déficit en el balance comercial de 8.400 millones de dólares hasta un total de 39.600 millones (frente a 31.200 millones el año pasado).
Se debe sobre todo a la caída en la exportaciones de energía y los ingresos recibidos por el canal de Suez, que llegaron tan solo a los 6.600 millones de dólares, frente a 8.800 millones del año fiscal anterior, una caída del 24,3 % vinculada a la crisis desatada por el conflicto en Gaza.