El pacto tiene el apoyo de las principales patronales y sindicatos del país, a excepción de la Confederación General de los Trabajadores.
El documento, que abarca el trienio 2025-2028, mejora las perspectivas del anterior acuerdo de 2022, que preveía que el próximo año el salario mínimo se situara en 855 euros; e incluye otras medidas fiscales destinadas a las empresas para fomentar el crecimiento de la economía.
El salario mínimo en Portugal está actualmente en 820 euros después de las sucesivas subidas aplicadas por los gobiernos socialistas de António Costa (2015-2024), que lo incrementaron en un 62 % a lo largo de sus mandatos.
Tras rubricar hoy el texto, Montenegro aseguró en una rueda de prensa que este pacto es "extremadamente importante" para mejorar el empleo y refuerza la idea de que "vale la pena" trabajar e invertir en el país.
En esa línea, recalcó que están "muy interesados en rebajar la carga fiscal sobre las empresas".
Reconoció que hay margen para perfeccionar el acuerdo, pero justificó que no ha habido suficiente tiempo tras haber asumido funciones en abril.
"Es obvio que no es un acuerdo global en lo que se refiere al camino de reafirmación de una economía más competitiva, más productiva, que genere riqueza suficiente para pagar mejores salarios de forma permanente, de forma duradera. Nosotros también queríamos y queremos más acuerdos y más segmentos de concertación, pero el tiempo que tuvimos fue corto", dijo.
El primer ministro celebró el "espíritu de ceder" que se ha reflejado con este acuerdo y lo puso como un ejemplo para la esfera política en un momento en que continúan las negociaciones con los partidos para aprobar el proyecto de Presupuesto de Estado para 2025, que Montenegro deberá presentar al Parlamento en los próximos días.
El documento fue rubricado hoy por Montenegro y los representantes de la Confederación Empresarial de Portugal (CIP), la Confederación del Comercio y Servicios de Portugal (CCP), la Confederación de los Agricultores de Portugal (CAP), la Confederación de Turismo de Portugal (CTP) y UGT.
La idea de que el acuerdo era insuficiente fue repetida por los firmantes, aunque celebraron los avances en la negociación y los consensos alcanzados.
La Confederación General de los Trabajadores de Portugal (CGTP), la única que no firmó este convenio ni el anterior, defendió en un comunicado que la subida del salario mínimo es insuficiente, al considerar que responde "a los intereses de los grupos económicos y financieros".
Y advirtió de que con este acuerdo "no solo se da marcha atrás, sino que se acentúan los aspectos más negativos que están en la base de los déficits estructurales que afectan al país".