Fuentes de Interior confirmaron este miércoles a EFE la expulsión, adelantada por el periódico español El País; se produjo el pasado abril, cuando se le revocó el permiso de residencia, y poco después de que el Tribunal Supremo español le rebajara la condena de 8 años a 18 meses de cárcel.
La Audiencia Nacional española condenó inicialmente a Ben Iazza por un delito de colaboración por prestar su documentación y una furgoneta para comprar y transportar artefactos explosivos con los que los terroristas pretendían atentar.
Said Ben Iazza fue detenido en 2017, si bien desde septiembre de 2021 se encontraba en libertad provisional, dado que ya había cumplido cuatro años en prisión preventiva (el límite legal máximo) y la sentencia aún no era firme.
En abril de 2023, el Ministerio del Interior pidió a la Audiencia Nacional que autorizase su expulsión "por su presunta participación en actividades contrarias a la seguridad nacional", pero este tribunal lo denegó a la espera del recurso que estaba en el Supremo.
Posteriormente, el alto tribunal redujo la condena a 18 meses de prisión porque existen dudas razonables de que conociera con suficiente detalle que, con sus actos, colaboraba con la organización terrorista, por lo que su pena quedaba extinguida al haberse dado por cumplida.
El Supremo, por el contrario, mantuvo las condenas a 43 y 36 años de prisión para los dos principales terroristas condenados.
Cinco meses después, la Policía española notificó a Ben Iazza que su autorización de residencia había sido revocada y que se le había abierto un expediente preferente de expulsión, según explica El País.
La Audiencia acordó su expulsión administrativa a Casablanca, "sin responsabilidades penales de cumplimiento" el pasado 20 de abril.
El 17 de agosto de 2017, uno de los terroristas, Younes Abouyaaqoub, atropelló mortalmente a 14 personas en el centro de Barcelona e hirió a más de cien, después apuñaló a otra y huyó.
A los cuatro días, fue localizado y abatido por agentes de policía cuando gritaba "Alá es grande" y se abría la camisa para mostrar un cinturón que parecía llevar cargas explosivas, aunque resultó ser falso.
En Cambrills fueron abatidos otros cinco terroristas el día 18 de madrugada, después de arrollar a varias personas con otro vehículo y matar a una de ellas.