"Se cavan zanjas y se levantan muros por doquier. El objetivo es contrarrestar los riesgos -y, en última instancia, la competencia extranjera- estrechando cada vez más el círculo de socios comerciales. Se habla de desacoplamiento", señaló en un discurso con motivo del 75 aniversario de la Asociación Federal de Comercio Mayorista y Comercio Exterior.
"Quiero decirles claramente lo que pienso al respecto: ¡nada de nada!", recalcó Scholz, quien enfatizó que a Alemania le gusta "comerciar con amigos, pero no solo con ellos", en una referencia indirecta a China y sus exportaciones de productos subsidiados.
"Más comercio con más socios de más países: en un mundo incierto, esto es lo que parece una gestión sensata del riesgo", sostuvo.
"Por supuesto, tenemos que proteger nuestra economía de las prácticas comerciales desleales. Tenemos que insistir en la igualdad de condiciones. Hay disputas, incluso de larga duración, pero nuestra reacción como UE no debe llevarnos a perjudicarnos a nosotros mismos", subrayó.
Por eso, añadió Scholz, "deben continuar las negociaciones con China sobre los vehículos eléctricos y debemos abordar de una vez los ámbitos en los que las importaciones chinas baratas perjudican realmente a nuestra economía, como el acero".
Alemania, cuya economía se apoya considerablemente en las exportaciones, quiere evitar más aranceles sobre los coches eléctricos, pues es uno de los principales suministradores de componentes para los vehículos chinos.
Además, teme que las represalias que ha prometido el gigante asiático afecten a otros sectores.
Scholz hizo esta valoración cuando los Estados miembros de la UE se preparan para votar el viernes sobre si deben imponer mayores aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos por considerarlos ilegalmente subsidiados y el mismo día en que se ha reunido con el presidente galo, Emmanuel Macron, que apoya la propuesta de la Comisión Europea (CE).
Tras nueve meses de investigación, la CE recomendó a la UE el aumento de aranceles para los vehículos eléctricos chinos.
Dependiendo del nivel de subvenciones públicas que las diferentes marcas hayan recibido de Pekín, la CE recomienda tasar en un 7,4 % a BYD, un 20 % a Geely y un 38,1 % a SAIC. Asimismo, las marcas occidentales que produzcan en China (Telsa, Dacio o BMW) serían gravadas en un 21 %.