“No ha habido ningún problema en el proceso de producción del sistema ofensivo como el de misiles”, dijo el ministro de Defensa de Irán, el general de brigada Aziz Nasirzadeh, a medios tras la reunión del Gabinete.
Nasirzadeh negó que durante el ataque del sábado fuese alcanzada la base de Shahroud de la Guardia Revolucionaria, donde se cree que hay un centro de producción de misiles balísticos.
La base Shahroud se encuentra en la provincia Semnan, en el noreste del país, pero Teherán solo ha reconocido ataques en las regiones de Teherán, Ilam y Juzestán.
Medios estadounidenses han informado de que imágenes de satélites muestran que la base Shahroud sufrió daños en el ataque israelí de la madrugada del sábado, así como el centro militar de Khojir, cercano a Teherán y donde también se cree que se producen misiles.
Las autoridades iraníes solo han confirmado hasta ahora “daños limitados” en radares que ya han sido reparados, además de la muerte de cinco personas, entre ellos cuatro soldados y un civil.
Nasirzadeh aseguró además que Irán responderá al ataque del sábado, que fue a su vez una represalia por los asesinatos del líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, en Beirut y del líder de la milicia palestina Hamás, Ismael Haniyeh, en Teherán en julio.
“Aunque el régimen sionista disparare una bala contra un desierto nuestro, sería un impertinencia, ya que ha atacado a un país antiguo con una gran cultura y fuerte y no lo podemos perdonar, y responderemos en el momento adecuado”, dijo.