El reportaje afirma también que en el enclave ruso -conocido antiguamente por el nombre alemán de Königsberg- podrían estar estacionadas un centenar de cabezas nucleares, así como misiles de medio alcance Iskander y misiles de crucero que podrían transportarlas hasta objetivos en los países bálticos y Europa occidental.
Según aseguran la cadena pública lituana LRT, el periódico estonio Eesti Express y el medio investigativo polaco Frontstory, Kaliningrado sirve de base a un grupo de las fuerzas especiales rusas posiblemente encargado de realizar operaciones de sabotaje en países vecinos.
"El grupo del GRU (inteligencia militar rusa) con base en la localidad de Parusnoye está considerado por los expertos como una de las unidades rusas más peligrosas cerca de las fronteras con la OTAN", afirmó el medio polaco.
Según LRT, los saboteadores de la unidad de reconocimiento 390 (antes conocida como 561) están siendo preparados para realizar acciones contra la OTAN en la costa báltica y, en particular, contra objetivos estratégicos en Lituania y Polonia.
De acuerdo con este medio, uno de los blancos es el puerto lituano de Klaipeda, un punto importante para las operaciones de la OTAN y desde el que se importa gas natural licuado (GNL) para ser distribuido o almacenado en la región.
"No se puede descartar que las unidades de la inteligencia rusa y los servicios de seguridad estacionados en Kaliningrado estén implicados en la planificación y realización de ataques en la región. El equipo de investigación de LRT recibió confirmación de ello de la inteligencia lituana", afirmó la cadena.
Tanto LRT como el medio polaco aseguran que las fuerzas especiales rusas posiblemente realizaron un ejercicio en 2015 en el que desembarcaron cerca de una pequeña localidad lituana en el istmo de Curlandia.
"Además de entrenar a saboteadores e interferir con las señales de GPS, el Kremlin está intentando establecer un centro de operaciones informativas en Königsberg (Kaliningrado)", apuntó por su parte Frontstory.
La investigación señaló que la guerra en Ucrania ha llevado a Rusia a retirar de Kaliningrado unidades militares convencionales y grandes cantidades de equipamiento bélico.
Por ello, las fuerzas terrestres rusas en la zona suponen una amenaza menor que antes para Lituania, según la valoración de las Fuerzas Armadas de ese país báltico.
Sin embargo, concluyen los periodistas de investigación de LRT, "las capacidades de la Marina rusa en el mar Báltico, las defensas aéreas y las capacidades de guerra radioelectrónica en la región de Kaliningrado no han cambiado".