La junta de política monetaria del banco central nipón decidió por unanimidad dejar intacta su estrategia tras tener en cuenta que "sigue habiendo grandes incertidumbres con respecto a la actividad económica y la evolución de la inflación en el país", recogió el texto.
La decisión va en línea con lo esperado por la mayoría de analistas, que no preveía nuevos incrementos de tipos a corto plazo en la cuarta economía mundial tras las subidas que la entidad aplicó el pasado marzo (hasta el 0,1 %) y en julio (hasta el 0,25 %).
El incremento de marzo supuso un giro en la política de tipos ultrabajos por la que apostaba la entidad para poner fin al largo ciclo deflacionario en Japón y marcó el primer incremento de este tipo en 17 años.
Los analistas no esperaban cambios en la reunión de este mes, después de las elecciones en el país asiático del domingo y que han dejado un incierto clima político en la nación y a menos de una semana de los comicios presidenciales en Estados Unidos del 5 de noviembre, un factor que podría afectar incluso más a los mercados bursátiles y de divisas.
En las elecciones japonesas, el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio de coalición, el budista Komeito, perdieran la mayoría parlamentaria el domingo, obligando al primer ministro, Shigeru Ishiba, a buscar apoyo en partidos menores de la oposición para poder formar gobierno.
"La situación actual de la política no influye a la previsión económica directamente, sin embargo, si el Gobierno saca ciertas medidas, existe la posibilidad de que influya. Por tanto, debemos ir modificando nuestras política de acuerdo a las mismas", dijo el gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, en una rueda de prensa hoy.
Esta incertidumbre se ha traducido también en una fuerte caída de la divisa local, el yen, que se situó esta semana por encima de la barrera de las 153 unidades frente al dólar, un nivel que no se había visto desde hace tres meses.
Esta tendencia se atribuye a la diferencia entre la estrategia monetaria del BoJ, que aunque ha comenzado a dar pasos hacia la normalización, aún aplica un enfoque muy diferente al de otras entidades de referencia como la Reserva Federal estadounidense (Fed) o Banco Central Europeo (BCE), las cuales aún fijan tipos de interés notablemente más altos.
La junta de política monetaria del banco central japonés ha apuntado a que seguirá en una ruta hacia la normalización de su estrategia monetaria tras una década de flexibilización y siempre y cuando la inflación y el crecimiento del país no se desvíen de sus proyecciones.
Se espera que la próxima subida de tipos del BoJ se produzca a finales de este año o inicios del siguiente.
Sobre el riesgo con respecto a futura subidas de tipos, Ueda considera que "no existe influencia" por ahora. "No hemos subido los tipos de interés durante mucho tiempo y tenemos que pensar qué nuevos riesgos aparecen", añadió.
Con respecto a la normalización de la política monetaria del país, Ishiba ha venido mandando un mensaje ambiguo, diciendo que el BoJ "es el que debe lograr la estabilidad de precios", aunque sí aseguró "una estrecha colaboración" con el mismo.
El índice de precios al consumo (IPC) de Japón subió un 2,4 % interanual en septiembre, con lo que encadena 37 meses consecutivos de subidas del indicador, que lleva ya más de dos años por encima de la meta inflacionaria del 2 % del BoJ.
"La economía japonesa se ha recuperado de forma moderada, aunque todavía se puede ver cierta debilidad en la misma", concluyó el informe del BoJ y apuntó a que la inflación también podría experimentar un cierto repunte.