"La dinámica en los frentes es clara y evidente, la ven tanto en nuestro país, como en Estados occidentales", aseguró Peskov en su rueda de prensa diaria en referencia al avance ruso en el este de Ucrania.
Agregó que dada la situación, Kiev está "muy nervioso" y procura frenar la ofensiva de Moscú.
Además, con la petición de nuevo armamento, las autoridades ucranianas buscan aumentar la implicación de Occidente en el conflicto y "legitimar" esa situación.
"Ese es el objetivo final de todos esos ardides", subrayó.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, criticó la víspera a la Casa Blanca por filtrar a los medios que el llamado Plan de la Victoria de Kiev incluía la petición supuestamente secreta de desplegar misiles Tomahawk como parte de un paquete de armamento no nuclear para forzar a la paz a Rusia.
"Esto era información confidencial entre Ucrania y la Casa Blanca. ¿Cómo entender estos mensajes? Esto significa que no hay nada confidencial entre aliados", dijo Zelenski en una reunión con periodistas celebrada en Reikiavik, Islandia.
El presidente ucraniano hizo estas declaraciones después de que el New York Times publicara que Zelenski pidió a EEUU estos misiles de largo alcance capaces de alcanzar objetivos a unos 2.500 kilómetros de distancia.
"Creo que (en Washington) saben perfectamente con quién están tratando. Estoy seguro de que en aras de la seguridad de Estados Unidos, del pueblo estadounidense, para no someterlo a riesgos, (a Zelenski) lo pondrán en su sitio si continúa intentando arrastrar a EE.UU. a una guerra con Rusia", dijo el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
Según el jefe de la diplomacia rusa, Moscú está en conocimiento de que la petición misiles Tomahawk formulada por el presidente ucraniano causó "consternación en Washington"