"Turquía no interviene en los combates que tienen lugar en Alepo. Se están tomando precauciones. No lanzaremos ninguna acción que pueda desencadenar una nueva ola migratoria", dijo Fidan, citado por el diario turco Hürriyet.
El ministro hizo estas declaraciones a la prensa después de su intervención en el Foro Mundial organizado en Estambul por TRT, la cadena pública turca.
La ofensiva de las milicias islamistas Organismo de Liberación del Levante partió el miércoles de Idlib, último bastión controlado por la oposición a Asad.
La región está también parcialmente controlada por el ejército turco, que respalda a varios grupos armados sirios en las regiones que domina al norte y oeste de Alepo.
Turquía lleva meses señalando su disposición a negociar con el presidente sirio, Bachar al Asad, la posible reanudación de las relaciones diplomáticas rotas con el inicio de la guerra civil siria en 2011.
No obstante, de momento no se divisa un acuerdo, dado que Damasco condiciona ese paso a la retirada de las tropas turcas del territorio sirio, algo que Ankara no ve practicable en estos momentos.
El Gobierno turco ha reiterado su respeto a la integridad territorial siria, pero el propio Fidan recordó en septiembre pasado que en las zonas ahora controladas por Turquía viven "cinco millones de personas que no confían en el régimen".
Una retirada de las tropas turcas impulsaría a gran parte de esta población a buscar refugio en Turquía, agregó entonces el ministro, que abogó por "un marco político en el que se pongan de acuerdo régimen y oposición" para evitar esa oleada migratoria.
Los grupos rebeldes aliados con Turquía han protestado en los últimos meses contra todo intento de reconciliación entre Ankara y Damasco y la actual ofensiva parece alejar ese objetivo.