La portavoz del Gobierno francés, Sophie Primas, mostró este viernes su malestar por el rechazo de las autoridades argelinas y, en una entrevista a la emisora RFI, afirmó que tienen que aceptar su entrada.
Primas también señaló que el ministro del Interior, Bruno Retailleau "va a hacer lo necesario" para que la expulsión de 'Doualemn' se haga efectiva.
Este influente de 59 años llegó a Francia de forma irregular, pero había conseguido regularizar su situación en 2010, aunque su permiso de residencia quedó anulado con la orden de expulsión dictada contra él tras su arresto el pasado sábado.
La Fiscalía de Montpellier había explicado que se le reprochan las declaraciones que hizo en un vídeo colgado en TikTok en el que hablaba en árabe con mensajes de incitación a la violencia contra un hombre que al parecer vive en Argel.
Según la Prefectura, el objetivo de esos ataques era "un opositor al régimen actual en Argelia".
Otros dos 'influencers' argelinos fueron detenidos en Francia (uno en Brest y otro en Grenoble) la semana pasada y, tras ser inculpados, fueron encarcelados y deben ser juzgados el primero por apología del terrorismo el 24 de febrero y el segundo por provocación de actos de terrorismo el 5 de marzo.
Todo esto ocurre en un momento de tensiones diplomáticas crecientes entre París y Argel.
Las relaciones entre los dos países viven continuos altibajos, pero se deterioraron seriamente desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, dijera el pasado 30 de julio que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental es "la única base" para una solución a la crisis en la que está sumida desde hace medio siglo la antigua colonia española.
Argel, que es el principal soporte del Polisario, retiró inmediatamente a su embajador en París y desde entonces ha hecho una serie de gestos de distanciamiento.
Uno de los últimos episodios de esas fricciones fue la detención a su llegada a Argel el 16 de noviembre del escritor argelino y recientemente nacionalizado francés Boualem Sansal, que se encuentra encarcelado acusado de atentar contra la seguridad del Estado.
Aunque la Justicia argelina no hizo pública la motivación precisa de la acusación, su abogado francés, François Zimeray, sospecha que principalmente se le echa en cara unas declaraciones que Sansal hizo a un medio de extrema derecha en Francia en las que contaba que una parte del actual territorio argelino formaba parte históricamente de Marruecos y le fue atribuido a ese país durante la colonización francesa.