La ciudad congoleña de Goma reactiva su actividad económica tras la ocupación rebelde

Goma (RD Congo), 3 feb (EFE).- La estratégica ciudad de Goma, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), vive una reactivación progresiva de su actividad económica, mientras se cumple este lunes una semana de su invasión por parte del poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).

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"Después de sobrevivir a los saqueos, hemos decidido abrir nuestras tiendas este lunes. Los clientes aún no están de vuelta como antes, porque la gente dice que no tiene dinero. El poco dinero que tenía la gente lo han destinado a los alimentos y otras necesidades básicas", dice a EFE Gulaine Kavira, propietario de un negocio de moda en el barrio de Birere.

Los comercios empiezan a reabrir tímidamente sus puertas mientras la circulación en las principales calles de la ciudad se reactiva y algunos ciudadanos cuentan de nuevo con electricidad, apenas disponible durante los últimos días, si bien sigue escaseando el agua potable.

La vida vuelve así poco a poco a Goma después de que el coordinador de la ONU en la RDC, Bruno Lemarquis, alertara el pasado viernes sobre la situación humanitaria "extremadamente grave" a la que se enfrenta la ciudad.

También se han reabierto importantes rutas de abastecimiento, como las carreteras que conectan la urbe con las localidades de Rutshuru, Masisi o Minova, y siguen operativos los puestos fronterizos con la vecina Ruanda, país al que el Gobierno congoleño y las investigaciones de las Naciones Unidas acusan de apoyar a los rebeldes.

Tras varios días de intensos combates entre el Ejército de la RDC y el M23, la milicia logró el pasado 27 de enero ocupar Goma, capital de la provincia nororiental de Kivu del Norte.

No era la primera vez que lo hacían: los rebeldes ya tomaron el control de la ciudad durante diez días en 2012, antes de que la presión internacional forzara su retirada de la urbe, con unos dos millones de habitantes y donde tienen su sede ONG internacionales e instituciones de las Naciones Unidas.

Según el último recuento difundido por el Gobierno congoleño el pasado sábado, los combates en Goma y sus alrededores han dejado al menos 770 muertos y 2.880 heridos.

"Es cierto que las carreteras vuelven a ser transitables. Los vehículos están trayendo alimentos a Goma, pero hay un problema de falta de dinero", explica a EFE Alice Divine, una mujer que ha acudido al mercado central de la ciudad y que, como tantos otros ciudadanos, está sufriendo el aumento de los precios de algunos productos.

Según esta ama de casa, un saco de carbón por el que antes pagaba 80.000 francos congoleños (unos 27 euros), cuesta ahora 100.000 (unos 34 euros), si bien los precios del arroz o las alubias se han mantenido.

A pesar de estos signos de normalidad, las escuelas permanecen cerradas y se siguen registrando episodios de saqueo de propiedad privada y pública.

"Los rebeldes del M23 saquearon nuestra oficina de Goma. Se llevaron vehículos, dinero y otros objetos de valor. Consiguieron escapar con la caja fuerte que contenía más de 7.500 dólares (unos 7.275 euros) y varios millones de francos", lamenta desde el anonimato un responsable en Goma del Fondo de Promoción de la Industria (FPI), una institución pública.

El pasado fin de semana, miembros del M23 hicieron llamamientos con micrófonos en las calles para que la población llevara a cabo trabajos comunitarios conocidos como 'salongo', para limpiar la ciudad.

La ofensiva del M23 -grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- ha incrementado la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa a Kigali de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.

Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido corroborada por la ONU.

La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, avanzó por varios frentes hasta alcanzar Goma.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).

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