El documento, titulado '#MigraMyths - Desmitificando la Inmigración' fue presentado en la Casa de Brasil en Lisboa y pone el foco en las consecuencias negativas para la dignidad y la salud física y mental, de quienes padecen los discursos de odio.
El estudio, impulsado por la propia Casa de Brasil, fue elaborado a partir de encuestas a 262 extranjeros: el 79,8 % de los encuestados, en su mayoría mujeres brasileñas, blancas y jóvenes, denuncian haber sufrido crímenes de odio en Portugal por el hecho de no ser del país.
Los consultados en general afirmaron que las experiencias discriminatorias a las que más se enfrentan son la xenofobia (80,4 %), el racismo (10,4 %) y la LGTBfobia (2,3 %).
"Los discursos de odio se han vuelto más violentos y cuentan con cada vez más difusión no solo en las redes sociales, sino también en la calle", explicó a EFE la responsable del informe, Ana Paula Costa.
El 64,9 % de las encuestados dijo haber identificado discursos de odio en internet y los medios de comunicación, frente al 30,2 % que indicó haberlos presenciado en la calle y entornos laborales y académicos.
Ante este panorama, solo una de cada cuatro víctimas (24 %) denuncian estos hechos ante las autoridades, lo que en opinión de Costa revela "la necesidad de perfeccionar los canales de denuncia y de implementar mejoras legislativas".
Más de un millón de personas extranjeras viven en Portugal, de acuerdo con los datos de la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo (AIMA).
El número de delitos de odio en Portugal se incrementó el 38 % entre 2022 y 2023, indican las últimas cifras facilitadas por la Policía de Seguridad Pública (PSP) y la Guardia Nacional Republicana (GNR).